El ex presidente Chaves, tras beneficiarse de las exoneraciones y rebajas de las condenas de los ERES en el Tribunal Constitucional, ha expresado no ya su alegría –algo perfectamente lógico, como le pasaría a cualquier condenado– sino además algunas ideas más o menos delirantes, por momentos muy delirantes. Básicamente, tras afirmar que «no había absolutamente nada» y que eran inocentes (afirmación peculiar, puesto que la mayoría no quedan exonerados, sino condenados a la baja, pero condenados, de modo que es imposible que no hubiera nada) Chaves también se une a quienes afirman que «el PP ha tratado de destruirnos política y personalmente» y ahora «su montaje ha quedado al descubierto». Mismo argumento que usará Zarrías veinticuatro horas después. ¿Quiere decir Chaves, como Puigdemont, que los 16 jueces que vieron delito en sus actos, un 50% más de los que no lo vieron, actuaban al servicio del PP? ¿Sugiere Chaves que la Fiscalía Anticorrupción, los peritos de la Intervención General del Estado o la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, actuaban al servicio del PP? A los exonerados por el TC les salen discursos cada vez más parecidos a los de Puigdemont.MÁS INFORMACIÓN noticia Si La pinza de la inmigración noticia Si Recuérdalo tú y recuérdalo a otros noticia Si Juanma se postula para liderar una rebelión «Por fin se ha hecho Justicia», dice Chaves. Y sí, el órgano político de garantías les ha dado la razón –siete votos nombrados por el PSOE para blanquear a líderes del PSOE, eso que tanto denostaba Pedro Sánchez antes de llegar al cargo– pero conviene recordar algo relevante: el TC no es Poder Judicial. En la Administración de Justicia, según Chaves, lo que se hizo no fue Justicia sino un plan para destruirlos en todas las instancias jurisdiccionales. Esa es su tesis: «el PP ha tratado de destruirnos política y personalmente» y ahora «su montaje ha quedado al descubierto». Desde la Audiencia de Sevilla al Tribunal Supremo, todo era una cacería del PP para acabar con ellos con docena y media de jueces implicados como cómplices en la cacería. O sea, lawfare, guerra sucia judicial, que es lo que Puigdemont vende desde hace tiempo para desacreditar a España. Se ve que el PSOE empezó comprando los votos de Junts y está acabando por parecerse cada vez más a Junts.
Fuente ABC