Argentina
EspañaTodos la recuerdan con un lápiz en la mano desde muy pequeña; incluso después de llegar de clase de dibujo, ella seguía pintando en casa porque le salía de dentro eso del trazo sobre el papel. Ya con 32años, la ilustradora toledana se ha convertido en una gran profesional y acaba de conseguir que el Museo del Prado la ‘fiche’ para realizar los stickers de whatsapp de la pinacoteca nacional, todo un logro para esta joven artista.Además, los stickers han llamado ya la atención de numerosos usuarios de la citada red social, que l os comparten diariamente en sustitución de los habituales para expresar sentimientos como la risa, el aburrimiento, el amor o la ira. ¡Qué mejor imagen para expresar la ira que el Saturno que devora a su hijo arracándole la cabeza!, la famosa obra de Goya que formó parte de la decoración de los muros de la casa que el pintor adquirió en 1819 y por tanto perteneciente a la serie de sus ‘Pinturas negras’.Noticia Relacionada estandar Si Fernando Vicente, un copista en El Prado Karina Sainz Borgo Desde hace unos meses, el ilustrador y pintor ejerce de copista oficial en la pinacoteca madrileñaCon una beca, Esther Peces estudio en la ‘School of the Art Institute of Chicago’ (EEUU) durante cuatro años, un centro de gran prestigio donde fue aceptada por su alto nivel y consiguió su graduación en Bellas Artes. Recurda que estudió dibujo en Toledo desde los 6 a los 18 años «en la escuela de arte infantil de una mujer rusa que se llama Rosa Canales» y de ahí su camino ha ido ascendiendo hasta convertirse en una ilustradora profesional.Su contacto con el Museo del Prado empezó antes del encargo de los stickers. «Hace cuatro años empecé a colaborar con ellos, primero con una beca con la Fundación Tatiana donde iban expertos a dar charlas». Entre esos expertos estaba Javier Sainz , responsable de redes sociales del Museo Nacional del Prado.Conjunto de stickers del Museo del Prado«Yo tomaba notas visuales durante las charlas, se las enseñé a Javier Sainz y le gustaron mucho, y me dijo que podríamos hacer algo», explica Peces. Antes de la pandemia, la toledana colaboró en el 200 aniversario del Museo del Prado , cuando la llamaron por primera vez y realizó un vídeo celebrando la efeméride. Un segundo vídeo de la ilustradora sirvió para dar cuenta del momento histórico que suponía el cierre de la pinacoteca durante las restricciones por el Covid-19 ; al que siguieron otros con motivo del Día de la Mujer y otro centrado en la copia de la Mona Lisa del Prado.Fue en marzo de 2024 cuando Esther Peces recibió el encargo de hacer los stickers, «querían unos dibujos y aún no sabían cuándo los iban a publicar». Más tarde, los responsables del Prado le pasaron una selección de cuadros y el proyecto salió adelante , primero con un pack de 19 obras y un segundo, reciente, hasta llegar a 31.’Saturno devorando a su hijo’ es uno de los stickers más compartido ABCEl éxito de los stickers ha sido totalmente inesperado, incluso para su autora. « Yo se los pasaba a familia o amigos y me decían que ya se los habían pasado por otro lad o. Eso es maravilloso, la gente los está utilizando mucho y no solo gente familiarizada con la Historia del Arte sino un público mucho más amplio. Es una forma de acercar el arte al gran público».Los que más gustan los ususarios de whatsapp son el ya citado del Saturno o ‘Duelo a garrotazos’, ambos de Goya; , Las Meninas de Velázquez , el ramo de flores del bodegón de Clara Peeters, dos parejas bailando del cuadro de David Teniers ‘Baile de aldeanos con gaiteros’, el autorretrado de Velázquez en ‘Las Meninas’ o el ‘Caballero de la mano en el pecho’, del Greco , a los que se unen obras del Bosco y uno especialmente utilizado en estos días de calor tórrido: ‘La duquesa de Vilches’ con su abanico, obra de Federico de Madrazo.Según dice su autora, el estilo artístico de estos ya populares stickers «intenta ser muy dinámico y empatizar mucho tanto con el personaje como con el público; sobre todo buscar qué expresión tiene el personaje retratado en ese cuadro y tratar de subirle el volumen », como esa sensibilidad que transmite el sticker del perro de Goya o la gratitud u honor que expresa ‘El caballero de la mano en el pecho’.«Quiero que la gente los pueda utilizar de una manera muy emocional porque al final lo que transmite la gente en sus stickers son emociones», explica Peces. Para hacer un sticker de las obras más importantes de la pintura universal hay que saber mucho de arte: «Me apasiona la Historia del Arte y las obras del Museo del Prado, las mismos cuadros me acaban sorprendiendo, como la jarrita roja que sostiene la infanta en Las Meninas ; es verdad que si no sabes mucho de Historia del Arte a lo mejor lo dejas pasar, y ese búcaro era algo importante, que estaba de moda en esa época y no puedes obviar».Reducir la esencia de un cuadro a trazos más simples «ha sido muy difícil, hay cuadros muy complejos y hay que tener esa sensibilidad para saber cómo puedes sintetizar la imagen y con qué te puedes quedar y con qué no».Entre sus proyectos, la ilustradora quiere proponer al Salón Rico de Toledo una exposición sobre leyendas de Toledo, interesante propuesta que sin duda será otro éxito.Esther Peces, que empezó a dedicarse a la ilustración a través del visual thinking, es conocida especialmente por sus vídeos animados para instituciones como Iberdrola y el mismo Museo del Prado. Su obra ha sido seleccionada por SCBWI, Undiscovered Voices 2016; primer premio en Versióna Thyssen en 2020, y Premio Internacional de Álbum Ilustrado Ciudad de Fuengirola en 2022 .Este último e importante reconocimiento lo consiguió con un cuento del que es autora (texto e ilustraciones) y cuyo título es ‘Mi oso y yo’. Próximamente, con la editorial Iglú, publicará ‘Mi librería y yo’, un cuento infantil del que es autor Fran Nuño y que cuenta la historia del auténtico amor entre un niño y su librería.Aunque es difícil vivir de la ilustración en la España actual y el gremio está «con el agua al cuello», la ilusión supera las dificultades y da paso a la reinvención laboral en forma, por ejemplo, en talleres impartidos en bibliotecas y colegios.
Fuente ABC
