Elecciones en Venezuela: “Tan poca esperanza”
Por Emilia Rojas Sasse
La prensa alemana pone atención en las elecciones presidenciales venezolanas, aunque duda de que Nicolás Maduro esté dispuesto a dejar el poder.
“Tan poca esperanza” es el título de un comentario que publica el diario muniqués Süddeutsche Zeitung sobre las elecciones venezolanas del 28 de julio: “Es difícil imaginar hoy que Venezuela fue una vez, hace no demasiado tiempo, símbolo de esperanza. En ese entonces, la economía era boyante en el país. Los ingresos del comercio de petróleo llenaban las arcas estatales y el entonces presidente Hugo Chávez gastaba el dinero a manos llenas, en programas sociales, atención de salud gratuita, lucha contra el analfabetismo, reforestación, energías renovables, alimentos rebajados. (…)
En total, el chavismo lleva ya un cuarto de siglo en el poder. Este domingo, cuando tengan lugar elecciones en Venezuela, en realidad sólo se puede esperar que eso acabe. Porque el país ya no es símbolo de esperanza, sino una pesadilla hecha realidad. Un esperpento que preocupa a toda la región. (…)
A los venezolanos parece darles casi igual quién gane el domingo: lo principal es que no sea Maduro. Tanto peor resulta que esa esperanza será muy probablemente defraudada. En primer lugar, porque hay mucho en juego para el régimen. Puestos, feudos, privilegios. Y, si se produce un cambio de gobierno, los miembros del régimen también podrían verse amenazados, en el peor de los casos, por procesos judiciales; se les atribuye nepotismo, al igual que tráfico de drogas.
¿Por qué habrían entonces de entregar el poder? Tras un cuarto de siglo en el gobierno, el chavismo, como sistema, está demasiado bien aceitado. Grandes sectores de la población dependen del gobierno, porque reciben de él dinero o paquetes de alimento, porque temen perder su vivienda social o su trabajo. Visto así, sería un error interpretar las elecciones del domingo como un signo de debilidad. Es posible que sea lo contrario y que el gobierno solo las permita porque está seguro de que al final podrá declarar su triunfo. En ese caso, las elecciones venezolanas se convertirían, de un símbolo de esperanza, en uno de desesperanza. Por lo menos tienen lugar elecciones, en ese país económicamente arruinado. Pero la posibilidad de que el presidente Nicolás Maduro deje el poder sigue siendo pequeña. Para él, hay demasiado en juego”.
Y si pierde Maduro, ¿qué?
El matutino Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno, apunta: “¿Maduro o no Maduro? Esta no es la única pregunta que se plantea con miras a las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela. (…)
La situación seguirá abierta incluso si el retador, Edmundo González, sale efectivamente victorioso de los comicios. A Maduro le queda todavía medio año en el cargo, lo que le brinda mucho tiempo para retrasar o impedir la asunción del presidente, prevista para enero de 2025. No obstante, no está descartado que estos comicios abran la vía a una transición política. Pero, según expertos, semejante transición depende sustancialmente de si a Maduro y otros actores centrales de su régimen se les ofrece una salida, en forma de un acuerdo de inmunidad, y de la forma que este tenga. Diversos funcionarios y oficiales del Ejército no solo se ven afectados por sanciones, sino también por acusaciones que van desde crímenes contra la humanidad hasta comercio con drogas. También en el interior de la oposición debe haberse impuesto la idea de que, bajo la amenaza de represalias, un cambio de gobierno resulta muy improbable”.
La soledad de Maduro
El periódico Handelsblatt, de Düsseldorf, escribe: “No hay duda. El dictador, que gobierna desde hace 11 años, es más impopular que nunca. (…) Al mismo tiempo, la oposición está inusualmente unida. De acuerdo con encuestas, solo un 20 por ciento de los electores se propone votar por el dictador; un 60 por ciento nombra al candidato opositor, Edmundo González, como favorito. (…)
Maduro tampoco puede estar tan seguro como antes del apoyo de sus aliados extranjeros. Rusia e Irán están ocupados de sus propios problemas. Los hasta hace poco aún solidarios gobiernos de izquierda de Brasil y Colombia critican por primera vez la falta de transparencia en los comicios. Maduro debe aprender a aceptar los resultados electorales, dice el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Además, Brasil ha estacionado militares en la frontera con Guyana, para disuadir a Maduro de emprender un ataque contra ese país. Solo China se mantiene todavía abiertamente de parte de Venezuela: la vicepresidenta Rodríguez acaba de firmar un acuerdo de inversiones con el viceministro de comercio chino, Wang Shouwen. China es, además, el mayor acreedor de Venezuela.
No obstante, es demasiado pronto para especular sobre una pérdida de poder de Maduro. Pese a su fracaso como presidente, siempre ha podido asegurarse exitosamente el poder. ‘Divide e impera’ fue por años su efectiva estrategia contra la oposición. Una y otra vez logró así debilitar a sus oponentes. En los próximos días se verá si lo consigue nuevamente”.
Fuente DW