Por Antonio D’Eramo
Durante el gobierno de Macri se despidió con causa a seis empleados que truchaban su ingreso al trabajo con dedos de silicona. La causa sigue latente en el juzgado federal de Ercolini y las actuales autoridades piensan que la banda no fue desarticulada del todo. El poder de los gremios es clave.
Mientras que la administración de Javier Milei avanza de manera decidida con la reducción de la plantilla laboral de la empresa aeronáutica y su reestructuración con la meta, nunca abandonada, de vender la compañía al sector privado y abrió un nuevo retiro voluntario, asesores del directorio recuerdan el insólito e ingenioso accionar de la banda de los “dedos de goma” que falsificaban su ingreso laboral y cobraban, del 1 al 5 de cada mes, importantes salarios registrados por no ir a trabajar.
Fuentes de la empresa señalaron a NA que “…si bien se despidieron a seis trabajadores, uno de ellos relacionado con un sindicato aeronáutico, indudablemente los integrantes de la falsificación eran muchos más y se podría haber descubierto a más miembros de la estafa si el juez federal, Federico Ercolini, hubiera aceptado las sugerencias del subinspector Mariano Stábile de la Policía Aeroportuaria que en ese entonces dependía políticamente, de la actual ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, para profundizar la investigación”.
La PSA quería abrir los lockers de los empleados, técnicos aeronáuticos en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery, cuestión que nunca sucedió y fuentes de Aerolíneas confirmaron que no pudieron ser secuestrados los elementos de silicona con los que cometieron los ilícitos.
La mecánica era y podría continuar siendo, muy ingeniosa.
Desde que el policía croata nacionalizado argentino, Juan Vucetich, desarrolló y puso por primera vez en práctica un sistema eficaz para la identificación de personas por sus huellas dactilares, los criminales y estafadores de todo tipo se vieron en problemas o debieron pensar como evadir los controles.
El sistema biómetrico para ingresar a trabajar es promocionado por las empresas de seguridad como inviolable. Pero, en la práctica, y como demuestra la banda de los dedos de goma de Aerolíneas no lo es, en absoluto.
Dicen en las cartillas publicitarias para vender el sistema que “previenen el fraude porque las características biométricas son únicas y hacen imposible que se suplante la identidad de un trabajador”.
Pues bien, en Aerolíneas, desde antes del 2019 a la actualidad saben que no es así.
El fraude consistió en que durante la semana sólo uno de ellos iba a trabajar y los cinco restantes, no concurrían. La asistencia al trabajo del resto era acreditada por el único que iba usando los dedos de siliconas con la huella digital de los demás. Durante la gestión de Guillermo Dietrich en el ministerio de Transporte se explicó que el fraude no lo hicieron durante los fines de semana, porque esos días se pagan horas extra y ahí asistían todos.
Los desvinculados trabajaban en los talleres de mantenimiento. El horario de ingreso era a las 6 de la mañana y para concretar el engaño el único que asistía entraba más temprano, entre las cuatro y las cinco de la mañana. Lo hacía para evitar cruzarse con el resto del personal en el momento del cambio de turno.
Con el retorno del gobierno del Frente de Todos de Alberto y Cristina Fernández, los gremios aeronáuticos volvieron a manejar Aerolíneas y la causa quedo latente en el juzgado federal de Comodoro Py.
Producto de la investigación de la PSA en 2019 fueron despedidos con justa causa seis empleados de Austral, empresa que se fusionó en el año 2020 con Aerolíneas. Según investigadores con acceso al expediente habrían sido desvinculados los técnicos aeronáuticos, Mariano Campos y Pablo Prendes, junto a otros cuatro trabajadores calificados que se prestaron al fraude.
Héctor Binda, subgerente de mantenimiento fue nombrado en la causa y Pascual Federico Loffa del sector de mantenimiento habría hecho bastante poco para evitar esta situación fraudulenta.
Loffa fue hasta hace poco tiempo miembro de la comisión directiva del gremio UPSA, Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales, una entidad sindical ligada al kirchnerismo.
Los técnicos aeronáuticos tendrían llegada a otro gremio. APTA, Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, que conduce desde hace varios años, Ricardo Cirielli.
Un gremio que tuvo otros escándalos más pesados que los dedos de goma de silicona en el aeroparque metropolitano.
NA dio cuenta de la investigación judicial del juez Villena donde se acusó a empleados y sindicalistas por maniobras de contrabando cometidas desde 2018.
LA INVESTIGACIÓN LATENTE EN LOS TRIBUNALES DE COMODO PY
En la actualidad, fuentes de la empresa quieren saber si el accionar de la banda de los “dedos de goma” continúa operativa con otros miembros y teniendo en cuenta que los pulgares e índices de silicona con las huellas dactilares de los implicados en ese expediente judicial no fueron recuperados ni el juzgado ordenó seguir con la investigación a la PSA que quería abrir los lockers donde se hallaban las evidencias.
Como se señala en un documento de la causa firmado por autoridades policiales dirigido al juez Ercolini, no se puede profundizar en la investigación si no se ordena a los efectivos de la PSA, la intervención sobre los cofres para “….garantizar el hallazgo de las huellas de siliconas utilizadas en el módulo del personal técnico de mantenimiento de línea de la firma Aerolíneas Argentinas para concretar la maniobra de fraude y estafa descripta precedentemente, maniobra que perjudicaría directamente los intereses económicos del Estado Nacional Argentino como así también el resguardo de la información contenida en los diferentes equipos de telefonía celular, donde constaría el pedido de fichaje de un empleado a otro para lo cual debería utilizar el dispositivo de silicona descripto para registrar el ingreso y egreso del personal solicitante”.
La investigación de la PSA había acreditado, mediante filmaciones, fotografías, testimonios y personal infiltrado, que los dedos de silicona “… son resguardados por cada individuo en sus correspondientes lockers, o bien son depositados en conjunto en un cofre en particular utilizado por el grupo que corresponda”.
Ercolini nunca avanzó con las medidas de prueba requeridas por los investigadores de Patricia Bullrich y en Aerolíneas, su actual conducción, piensa que los dedos de goma siguen en esos cofres junto a otros que no fueron descubiertos.
Fuente NA