En vísperas de una nueva marcha universitaria y con el antecedente de la masiva convocatoria de abril, el Gobierno recalculó su estrategia y salió a confrontar, en la previa, con quienes llaman a movilizarse. “Es una marcha anti-gobierno”, disparan una y otra vez el secretario de Educación, Carlos Torrendell, y el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez. Aseguran que se atendieron las demandas de gremios y rectores universitarios y que el capítulo reservado al área en el Presupuesto 2025 se podrá adecuar acorde a los valores pero no ampliar durante su paso por el Congreso.
Cada uno con estilos contrapuestos, por momentos jugando casi al policía bueno/ policía malo, Torrendell y Álvarez buscaron reposicionar al Gobierno en la antesala de la Marcha Universitaria y pasar a una ofensiva con la que buscan poner en discusión los motivos de la marcha. La estrategia difiere de aquella de abril cuando una multitud de personas se volcaron a las calles y tomaron por sorpresa a la gestión libertaria. Esta vez, alinearon un discurso en torno a siete ejes con los que buscan retrucar el discurso de los gremios y autoridades convocantes y que compartieron en una ronda con periodistas de diversos medios, entre los cuales estaba El Cronista.
“Están en discusión dos cosas. Por un lado el tema de los salarios que se está tratando de mejorarlo y por otro lado, como bien uno percibe, una marcha que es más bien anti-gobierno por varias de sus consignas. Es una marcha opositora, es lógico, cuando uno ve quienes están detrás de la convocatoria”, señala Torrendell.
Y Álvarez añade, señalando la entrevista del vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, con El Cronista el último domingo, que “después de hablar del presupuesto, (habló) de la conformación de un nuevo frente político de centro para enfrentar e ir a elecciones. O sea, hay un contenido muy político”. En rigor, dos tramos diferentes de la charla con este medio donde se conversó acerca de la situación de las universidades y también el presente del radicalismo, donde Yacobitti milita como uno de sus referentes.
“La gente va a las marchas por 20.000 razones. Habría que ser un especialista en sociología para descubrirlo. Pero una cosa es por qué va alguien y otra cosa es por qué se convoca desde la dirigencia, o sea, son dos cosas distintas o pueden ser cosas distintas”, insistió el secretario de Educación. A lo que Álvarez añadió: “No será la primera vez que vamos a una marcha inocentemente creyendo que estamos defendiendo una causa justa y termina siendo aprovechada por alguien que tiene un interés político.”
Fuente El Cronista