El ataque del Shabat en Irán, según imágenes satelitales “dolió mucho” y dejó a Irán completamente expuesto. Aquí parte de lo que fue afectado.
Israel atacó dos componentes muy críticos para Irán; uno defensivo y otro ofensivo.
Comencemos con defensa: Israel destruyó las baterías S300 y uno de los sistemas avanzados de defensa aérea S400 de Rusia, fueron destruidos en varios países como Siria, Irak y, por supuesto, el propio Irán. Irán ahora no puede detectar ni intentar interceptar vehículos aéreos hostiles y la Fuerza Aérea tiene total libertad de acción para la próxima vez que decida atacar. Una enorme vergüenza, especialmente para Rusia, que intenta comercializar sus sistemas de defensa en el mundo.
Ofensiva: Israel atacó una serie de instalaciones de motores de combustible sólido, como el centro de producción en Parchin, que alguna vez fue un centro nuclear y ahora albergaba mezcladoras de combustible para misiles.
A su vez, Irán enfrenta un gran dilema.
El dilema iraní: ¿responder al ataque israelí o no?
Irán se enfrenta a un gran dilema: ¿debe responder al ataque israelí o no? Si Irán responde al ataque, corre el riesgo de una mayor escalada en un momento en que su economía está pasando apuros y su ejército es vulnerable; si no responde, será retratado como débil y temeroso, especialmente ante sus aliados.
El gran dilema de los iraníes se debe principalmente a los enormes problemas económicos que enfrenta el pueblo iraní, lo que hace que el régimen iraní evite en la medida de lo posible una guerra directa y prolongada con Israel. Una guerra directa con Israel tendría enormes efectos económicos sobre el pueblo iraní. El régimen de Irán se enfrenta desde hace mucho tiempo a una grave disputa interna sobre el aumento de la presión impositiva y el descontento general crece al compás de la ineficientes irani.