La reciente caída del régimen de Bashar al Asad, tras la toma de Damasco por una coalición rebelde liderada por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS), ha desatado una ola de reacciones en la comunidad internacional. Este acontecimiento, que pone fin a más de cinco décadas de dominio de la familia Al Asad, marca un punto de inflexión en el conflicto sirio, que comenzó en 2011, y tiene el potencial de redefinir las dinámicas políticas en toda la región de Oriente Medio.
Reacciones de Estados Unidos
El presidente Joe Biden está monitoreando la situación de cerca y mantiene una comunicación constante con sus aliados en la región. Según Sean Savett, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, la Casa Blanca está evaluando las implicaciones geopolíticas del colapso del régimen. Biden ha enfatizado la necesidad de una respuesta coordinada entre los países aliados para enfrentar el nuevo escenario en Siria.
Por otro lado, el presidente electo Donald Trump ha hecho declaraciones contundentes, vinculando la caída del régimen con la disminución de la influencia militar rusa en Siria debido a la guerra en Ucrania. En un mensaje en Truth Social, Trump afirmó: “Asad ha huido porque Putin ya no está interesado en protegerlo. Rusia e Irán están muy debilitados en este momento”. Además, sugirió que China podría desempeñar un papel crucial en la estabilización de la región.
Avisos de Evacuación por Parte de Europa
Varios países europeos han comenzado a instar a sus ciudadanos a abandonar Siria ante la rápida evolución del conflicto. La ministra de Exteriores de Suecia, Maria Malmer Stenergard, advirtió que la situación es “seria” y podría resultar en el cierre de aeropuertos y la cancelación de vuelos, complicando las evacuaciones. En Dinamarca, el ministro Lars Lokke Rasmussen destacó que el colapso del régimen podría tener un “gran impacto” en la estabilidad regional. Polonia, por su parte, ha recomendado a sus ciudadanos salir de Siria de inmediato.
Angela Rayner, viceprimera ministra británica, describió la caída del régimen como una oportunidad para avanzar hacia una solución política. “Damos la bienvenida a esta noticia, pero lo que necesitamos es estabilidad y una resolución en línea con las resoluciones de la ONU. Hay demasiadas vidas perdidas y una infraestructura destruida que debe ser protegida”, declaró en Sky News.
Reacción de China
El Ministerio de Exteriores de China también ha emitido un comunicado, expresando su deseo de que Siria recupere la estabilidad “lo antes posible”. Beijing ha recomendado a sus ciudadanos salir del país y ha reforzado la seguridad en su embajada en Damasco, que sigue operativa. Esta reacción subraya el interés estratégico de China en Siria, donde se ha declarado un socio estratégico de la administración de Al Asad.
Declaraciones de la ONU
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir O. Pedersen, calificó el control insurgente de Damasco como un “momento decisivo en la historia de Siria”. En un comunicado, Pedersen expresó su profunda solidaridad con aquellos que han soportado años de sufrimiento y violaciones de derechos humanos. “Este oscuro capítulo ha dejado profundas cicatrices, pero hoy esperamos con cautelosa esperanza la apertura de uno nuevo, uno de paz, reconciliación, dignidad e inclusión para todos los sirios”, afirmó.
Conclusión
El colapso del régimen de Bashar al Asad representa un cambio significativo en el conflicto sirio y plantea un nuevo escenario para la política en Oriente Medio. A medida que los actores locales e internacionales se preparan para gestionar este nuevo contexto, la comunidad internacional observa con atención las próximas decisiones que podrían afectar la estabilidad de la región. La situación sigue en desarrollo, y las repercusiones de estos eventos se sentirán en los próximos días y semanas.