Caracas – 7 de mayo de 2025 – Total News Agency – La operación de extracción de cinco dirigentes opositores venezolanos, miembros del partido Vente Venezuela, que se encontraban asilados en la embajada argentina en Caracas, ha generado una profunda crisis en el seno del régimen de Nicolás Maduro. El mandatario, quien se encontraba en Moscú participando en las conmemoraciones del Día de la Victoria por invitación de Vladimir Putin, fue informado de urgencia en la madrugada sobre la liberación de los individuos, identificados como Meda, Macero, González, Urruchurtu y Villalobos.
Fuentes reservadas consultadas por Total News Agency en Caracas sugieren que una de las hipótesis que cobra más fuerza es la de una presunta “compra” de la custodia de la sede diplomática por parte de Estados Unidos, lo que habría facilitado la salida de los opositores. Esta versión, de confirmarse, añadiría un elemento de vulnerabilidad para el sangriento régimen de Maduro y sus fuerzas de seguridad que podria reiterarse en diferentes areas o situaciones.
La liberación ha desatado un torrente de interrogantes y ha puesto en jaque la narrativa oficial del régimen. Tras la derrota electoral en julio, el gobierno de Maduro declaró a Vente Venezuela como una “organización terrorista” y ordenó el arresto de sus militantes, incluyendo a su directiva, negándose sistemáticamente a otorgar salvoconductos.
Las dudas que emergen son cruciales:
- Si la liberación fue producto de una negociación, ¿Cómo justifica el régimen la liberación de individuos catalogados como “terroristas”? Este escenario obligaría a reconsiderar la situación de otros dirigentes encarcelados bajo las mismas acusaciones.
- Si se trató de una extracción o fuga no consentida, la responsabilidad recaería directamente sobre el Ministro del Interior, exponiéndolo a posibles represalias internas. Además, se intensificarían las sospechas sobre fisuras y traiciones dentro del aparato de poder chavista.
- La versión extraoficial, difundida por una periodista afín al régimen, de que los opositores “salieron caminando”, carece de sustento videográfico, a diferencia de situaciones anteriores donde el gobierno se ha esmerado en documentar eventos a su favor, como el del Presidente electo González Urrutia quien si obtuvo un salvoconducto para volar a España.
El régimen venezolano ha iniciado una búsqueda desesperada de responsables, generando preocupación entre los altos mandos policiales. La operación no solo representa una humillación para las estructuras de seguridad e inteligencia de Maduro, sino que también evidencia las limitaciones del apoyo prometido por sus aliados internacionales –Cuba, Rusia, que está demasiado cerca a la argentina, casi lindante, Irán y China–, ninguno de los cuales pudo prevenir o asistir eficazmente ante la maniobra.
En un intento por controlar los daños, jerarcas chavistas intentaron infructuosamente instalar la versión de una liberación coordinada, recurriendo incluso a la difusión de memes para sostener su relato. Sin embargo, esta narrativa contrasta con la ausencia de pruebas y el desconcierto reinante en Miraflores, especialmente si se compara con la salida de Edmundo González Urrutia de la embajada española en septiembre de 2024, evento que el régimen sí documentó profusamente.
El senador estadounidense Marco Rubio celebró la operación en redes sociales, atribuyéndola a una “precisa operación” y agradeciendo a los socios involucrados, calificando a los liberados como “héroes venezolanos”. Por su parte, María Corina Machado, líder de Vente Venezuela y víctima de persecución, expresó su gratitud por esta “operación impecable y épica”, ratificando su compromiso con los presos políticos y la población venezolana. Existe el temor de que el régimen, en un intento por fortalecer su imagen menoscabada, intensifique las acciones represivas contra Machado.
Se anticipa que Miraflores podría endurecer las represalias contra otros opositores y presos políticos, incluyendo ciudadanos extranjeros retenidos en diversas cárceles del país, como el gendarme argentino, Nahuel Gallo, secuestrado por el régimen.
Maduro enfrenta un escenario adverso donde la necesidad de ocultar la verdad y distorsionar la realidad se vuelve imperativa para su supervivencia política.