Por Darío Rosatti
La divulgación de la presencia de “Nikita Montokichenko” (alias de la agente Y.O. de origen ruso naturalizada argentina) en las filas del espionaje naval alertó a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) dirigida por Sergio Neiffert. ¿El minstro Petri preocupado?
El viernes pasado a media mañana una comitiva de funcionarios de la SIDE se trasladó hasta el edificio Libertad, sede de la Jefatura de la Armada a cargo del almirante Carlos Allievi.
Los enviados de Neiffert se reunieron con el comodoro de marina Pablo Barbich director general de Inteligencia de la Armada cuya oficina se encuentra en el 5° piso, estuvo acompañado por colaboradores directos al tanto del asunto “Nikita”.
Previo al arribo del ¿”Magaldo”? (Hubo un Magaldi en Córdoba, en inteligencia durante la dictadura) y los hombres de negro de La Casa, circuló una orden interna dando cuenta de que había un corte en el servicio de agua y por consiguiente se autorizaba la finalización de la jornada laboral a todo el personal de inteligencia del piso.
Algunos pícaros vincularon la llegada de los funcionarios de la SIDE con el repentino corte del suministro que determinó la salida temprana de los PCI navales evitando así miradas indiscretas.
“Lo último que quiere Barbich y el ex jefe, vicealmirante Juan Coré, fue el director de inteligencia que incorporó a Nikita) es la aparición de fotos de los pibes de Santi (Caputo) en algún medio de prensa”. “Un celu con cámara potente es el arma soñada que no puede faltar en el bolsillo del agente”, dijo una fuente del sector.
Barbecho tiene sus propios motivos. El pliego de ascenso a contralmirante sigue en stand by a la espera del trámite parlamentario, trascendidos internos responsabilizan el delay a la mano de su ex jefe Coré quien no lo habría apoyado en la Junta de Calificaciones.
A puertas cerradas con el hermetismo del cónclave cardenalicio los convocados más el alto mando del recontraespionaje marinero discurrieron acerca de Nikita. Cómo, en qué momento, quién la acercó, qué tareas cumple, si tiene o tuvo acceso a información sensible y otras cuestiones.
Tampoco habría estado ausente el tema del hackeo a propósito de la filtración de la base de datos de personal militar del Ejército Argentino. Un memorioso recordaba un caso de colaboración en estos asuntos de hackear “cosas”, como correos electrónicos en aquellos años, cuyo especialista en el 5to era el Capitán Nadal, alias Tatu Carreta, quién colaboro tanto con la SIDE, que al retirarse, Horacio Antonio Stiuso se lo llevo para Contrainteligencia junto con programas de su autoría, el hombre sabía. De ninguna manera sugerimos que don Tatu, espiara correos, solo que conocía del asunto.
Sobre el hackeo al ejército, alguien recordo la “genial” idea de Core, mientras fue Director de Inteligencia, de subir los nombres de todos los miembros del 5 piso al sitio oficial Mi Argentina, para “controlar mejor los accesos”. Hubiera sido un picnic para los hacker, sin duda.
En ambos casos las oficinas de la SIDE y DNIEM fueron sorprendidas por las noticias generadas por este medio, antes que por anticipo de acciones propias en la denominada comunidad de inteligencia. El Ejército fue hackeado y la inteligencia naval presuntamente infiltrada.
El ingreso de Nikita a la Armada como traductora -aún sigue en su oficina de la dirección de inteligencia operando una terminal conectada a la red del 5°piso-; ocurrió a expensas de la necesidad de traducir manuales del idioma ruso correspondientes a navíos que fueron adquiridos a la Federación Rusa en la gestión de Agustín Rossi.
Total News Agency anticipó que a posteriori de sus tareas como personal contratado en traducciones, Nikita fue seleccionada por el entonces jefe de la inteligencia naval, vicealmirante Coré quien en 2021 la confirmó como Personal Civil de Inteligencia (PCI) en tiempo récord.
En paralelo con la actividad de traductora pública Nikita se especializó en el escenario de internacionales y con ese barniz fue a parar al sector de analistas, aunque era resistida por los más veteranos en el área.
Era obvio que la desconfianza venía de la mano de su origen y se sumó cierto favoritismo en el cumplimiento del horario de trabajo dispensado por la jefatura del organismo. Se decía que era para facilitarle el entrenamiento en una actividad de destreza gimnástica.
La SIDE mira el caso por su impacto en un factor clave para las relaciones con organismos de inteligencia aliados: la confianza.
El gobierno de Javier Milei emprendió un alineamiento estratégico con los Estados Unidos y aspira a ser parte asociada a la OTAN.
Esa política grande traducida a temas de inteligencia requiere seguridad en el manejo de la información sensible compartida y exige idoneidad a los responsables de seleccionar y designar personal.
Ordeñando a Aurora
Las estructuras de espionaje son blanco permanente de intentos de infiltración hay filmografía abundante basada en casos reales.
Elementos que se incorporan y pasan largos periodos como uno más en la rutina del organismo, mientras esperan y buscan fuentes útiles a sus propósitos.
Pasó inadvertido el chateo formal; cada tanto; entre Nikita y el contralmirante Rodolfo Berazay Martínez, en la actualidad comandante Conjunto Marítimo.
Berazay Martínez se desempeñó entre 2021 y 2022 como agregado naval a la embajada argentina en los Estados Unidos y como jefe de delegación argentina en la Junta Interamericana de Defensa (JID), dependiente de la OEA en Washington, donde gracias a estas peripecias, hoy reina el desconcierto.
Misión y función más que apetecible para el ordeñe.