Hace unas semanas salió una noticia de que un ingeniero en Estados Unidos con un salario de 150.000 dólares anuales quedó desempleado porque la inteligencia artificial podía hacer su trabajo mejor que él. Según relató, mandó más de 800 CV y todos lo rechazaron. La conclusión inmediata que sacó es que por culpa de la IA no son más necesarios los Ingenieros de software.
Antes de seguir, me permito una observación: es por lo menos exagerado decir que las IA hoy puedan reemplazar a los humanos. Son herramientas que ayudan muchísimo al desarrollo de código, que pueden hacer que un programador sea más productivo y que muchas tareas se hagan de manera más rápida. Pero por ahora no pueden hacer una aplicación completa como la hace un humano.
Entonces la pregunta es válida: ¿La IA me va a dejar sin trabajo? Quizás sí, pero…
La IA va a impactar en casi todos los empleos en los próximos 5 a 10 años. A algunos empleos los va a reemplazar de manera completa pero a la mayoría los va a transformar. Y ese es el “pero”.
Hacer futurología es muy difícil. Pero podemos ver algunos ejemplos del pasado y del presente para intentar proyectar qué puede pasar en adelante.
En sectores donde la IA se metió de lleno, en un primer momento las empresas redujeron algunos puestos de trabajo. Pero en muy poco tiempo surgieron nuevos roles o se expandieron funciones que estaban limitadas o no existían. Y eso implicó más trabajo.
Un ejemplo es el de los radiólogos. En 2016, Geoffrey Hinton (premio Nobel de física apodado ‘el padrino de las IA’) había advertido que no tenía más sentido entrenar radiólogos y había vaticinado que en 10 años no iban a tener más trabajo.

¿Por qué pensaba eso? En ese momento ya se veía que las IA eran muy eficientes para analizar imágenes. Por ejemplo, podían detectar perros en fotos. ¿por qué no iban a poder encontrar fracturas en radiografías?
En algo tuvo razón. Hoy 3 de cada 4 herramientas de IA aprobadas por la FDA son para análisis de imágenes médicas. Pero en algo se equivocó: hay más radiólogos que antes.
En la Clínica Mayo, donde adoptaron IA con entusiasmo, el equipo de radiólogos creció un 55%. Pero ahora su función ya no es interpretar imágenes, sino que pueden destinar más tiempo a hablar con pacientes, colaborar con médicos, tomar decisiones clínicas.
Otro ejemplo es el de marketing digital.
Hace 4 años yo estaba a cargo de un equipo que se dedicaba a hacer marketing digital para una compañía importante. Nuestro trabajo hacía mucha diferencia para el cliente porque teníamos un conocimiento muy certero sobre cómo optimizar la publicidad para distintas plataformas; estar en el detalle de qué mensaje le mostrás a cada persona en cada lugar y cuanto pagas por esa publicidad es 8 veces más importante que la estrategia de marketing. (¡8 veces, literal! No es una manera de decir).
Pero un día Google y Facebook sacaron una IA que optimizaba ese mensaje de manera automática mejor que cualquier humano. Yo tenía en ese equipo 20 personas, de las cuales la mitad se dedicaba a la optimización. Lo primero que pensé cuando apareció esa tecnología era que me sobraban 10 personas.
Pero inmediatamente apareció otro problema. Si la IA hacía la optimización, nosotros teníamos que buscar otra herramienta para diferenciarnos de la competencia. Y para eso tuvimos que mejorar muchísimo en aspectos que antes no nos parecían tan interesantes: estrategia, táctica y creatividad. ¿El resultado? En vez de un equipo de 20 personas, o de 10, necesité 22.
Un tercer ejemplo es el de call centers. Parecería que los chatbots están reemplazando por completo a los viejos call centers de atención al cliente.
Todos estamos convencidos de que los pabellones llenos de humanos que atienden el teléfono no van a existir más como alternativa laboral.
La compañía Klarna fue una de las primeras en reemplazar sus call centers con Chatbots generativos (más parecidos a ChatGPT que a los tipo Boti). Los resultados iniciales en métricas fueron increíbles: menos costo, llamadas más rápidas, más satisfacción del usuario.
Pero un año después, el CEO de la compañía planteó un cambio de estrategia: “Parecerá tonto pero nos dimos cuenta de que para mejorar la satisfacción DE VERDAD, necesitamos personas hablando con personas”.
El avance de la IA es imparable. Y también el efecto que va a tener en el mercado laboral. Pero hasta ahora los peores pronósticos no se están cumpliendo. CADA vez que la IA se metió en los últimos meses en algún sector, la cantidad de empleos perdidos se recuperó muy rápidamente. Y además apareció otra novedad sorprendente: los trabajos que aparecieron son más interesantes, más divertidos y más creativos.
¿Va a seguir asi? No lo sabemos. Es una historia en desarrollo. Lo que está claro es que todo este cambio implica un desafío: porque las personas que pierden el empleo no necesariamente están capacitados o se quieren transformar y por eso no necesariamente son los que se quedan con el nuevo puesto. Quizás, una lección para el ingeniero desempleado al que le rechazaron los 800 curriculums.
Fuente El Cronista