PARÍS, 11 julio 2025 – Total News Agency‑TNA –En una inesperada y sin precedentes rueda de prensa celebrada este viernes en el Ministerio de las Fuerzas Armadas en París, el general Thierry Burkhard, jefe del Estado Mayor Conjunto de Francia, advirtió que “Francia es uno de los objetivos prioritarios de Rusia” y aseguró que “Europa está en guerra”, poniendo en alerta a la opinión pública sobre una amenaza inminente. Sus declaraciones buscan sensibilizar a la ciudadanía ante un conflicto potencial cercano, sin ánimo de alarmar, según aclaró el propio militar.
Burkhard, con décadas de trayectoria que incluyen servicio en infantería, paracaidismo, la Legión Extranjera y operaciones en Irak, Gabón, Chad, la ex‑Yugoslavia y Afganistán, subrayó a las 11 h desde el Ministerio que el Kremlin está apuntando directamente a Francia no solo en el ámbito militar convencional, sino también en la guerra de información, cibernética, espionaje y sabotaje interno.
Las razones, apuntó, son claras: el apoyo decidido de París a Ucrania lo posiciona como objetivo estratégico del Kremlin, que busca desestabilizar la cohesión social europea. “Si Francia se ve debilitada, se producirá un efecto dominó”, advirtió el general, definiendo a Rusia como “una amenaza duradera y cercana, la más significativa actualmente” y describiendo al Ejército ruso como “un modelo completo, sin carencias”.
Burkhard atribuyó gran parte del riesgo a la personalidad del presidente Vladimir Putin, a quien definió como poseedor de un “espíritu de venganza y deseo de dejar huella en la historia”, lo que “puede llevar a todo tipo de excesos”.
Asimismo, mencionó la intensificación de ciberataques y la posibilidad de sabotajes “idénticos a los sufridos por nuestros vecinos”. A pesar de la gravedad de los hechos, afirmó que su intención no es alarmar, sino alertar: “No debemos esperar un retorno al pasado en un futuro próximo”.
El militar anticipó que el domingo el presidente Emmanuel Macron se dirigirá a la nación para abordar el tema de la seguridad y detallar los esfuerzos que Francia pondrá en marcha para proteger su soberanía en los próximos años, en un contexto donde “la cohesión social está amenazada”.
El mensaje se produce un día después de la cumbre celebrada en Londres entre Macron y el primer ministro británico Keir Starmer, donde se formalizó la Coalición de Buena Voluntad para Ucrania, con sede en París, destinada a reforzar el apoyo militar y estratégico al país invadido. En aquel encuentro, junto a Zelenski, los líderes europeos mostraron disposición para desplegar una fuerza de seguridad tras un eventual alto el fuego, combinando capacidades franco-británicas con el apoyo de una coalición de voluntarios.
Macron también anunció esta semana un nuevo paquete de 2.000 millones de euros de asistencia militar a Ucrania, en línea con la estrategia europea de contención ante Moscú.
En respuesta, Moscú —a través de su portavoz Dmitri Peskov— calificó de “inaceptable” cualquier plan de despliegue militar europeo en Ucrania, tras la propuesta de Macron de enviar hasta 50.000 soldados franco‑británicos si se pactara un alto el fuego.
El general también denunció espionaje en sectores económico y tecnológico, señalando a China e Irán como actores implicados, al tiempo que confirmó la persistencia de la amenaza terrorista interna, aunque destacó “avances significativos” de los servicios de inteligencia orientados ahora a la prevención más que a la reacción.
La intervención del jefe militar señala un momento bisagra en la política de seguridad nacional: una Europa cada vez más militarizada ante el avance del rearme, incluido el debate francés sobre la “europeización” de su escudo nuclear para fortalecer la defensa continental. El objetivo: “ganar la guerra antes de que estalle”, en palabras del general Burkhard.
Este llamado a la preparación, en vísperas del discurso presidencial, redefine el escenario estratégico de Francia y Europa: la guerra ya está en Europa, y la consolidación de la defensa se desplaza ahora de la retórica a la acción.