Buenos Aires, 19 de julio de 2025 – Total News Agency‑TNA-El Gobierno chino rechazó un cargamento de 300.000 toneladas de soja que presuntamente provenía de Argentina, tras detectar irregularidades en su origen. El incidente, que se descubrió durante un análisis en laboratorio, es un serio revés para la credibilidad del país como proveedor confiable y podría tener consecuencias comerciales de largo alcance.
Según informó la agencia Uypress, los estudios en China identificaron que los granos no correspondían a soja pampeana, sino que eran de origen estadounidense. Los análisis evaluaron perfiles de pesticidas, isótopos y ADN del suelo, determinando que la partida había sido etiquetada con un “pasaporte trucho” para eludir los recientes aranceles impuestos por la administración de Donald Trump.
El rechazo del cargamento se produce en un contexto de alta exigencia por parte de Beijing, que depende en más de un 60 % de importaciones de soja para alimentar a su población de 1.400 millones de habitantes —en 2024 adquirió 105 millones de toneladas del grano— . China está reforzando sus controles para evitar fraudes y asegurar la seguridad alimentaria, tras implementar sofisticadas tecnologías como inteligencia artificial aplicada a aduanas.
El rechazo de una partida de tal magnitud representa un golpe reputacional para Argentina, uno de los principales exportadores mundiales de soja, y genera riesgos para futuros negocios: muchos compradores podrían volverse más cautelosos o exigir certificaciones adicionales.
Desde el sector agroexportador argentino se analiza el incidente con preocupación, alerta ante posibles medidas retaliatorias por parte de China o la Unión Europea, que ya considera etiquetar a Argentina como proveedor de “riesgo medio”. Además, esta situación complica aún más la cadena de valor local, gravada con un impuesto a la exportación del 33 %.
No se han confirmado responsabilidades por parte del Estado argentino; no obstante, analistas especializados apuntan a fallas en la trazabilidad y en los mecanismos de control nacionales que permitieron que la soja ingresara al circuito de exportación bajo una documentación falsa .
El episodio genera nuevas demandas: los productores exigen mayor transparencia en los registros de origen y los operadores navieros solicitan protocolos más rigurosos para evitar que lotes de origen dudoso ingresen a la cadena de comercialización internacional.
En los próximos días, se espera que el Ministerio de Agricultura y la Cancillería coordinen con asociaciones de productores, empresas exportadoras y autoridades chinas para esclarecer el suceso y prevenir su repetición. La urgencia es real: una respuesta efectiva puede evitar mayores consecuencias comerciales y recuperar la confianza de los mercados en el prestigio de la soja argentina.
Este incidente se suma a un contexto global de tensión comercial entre Estados Unidos, China y terceros proveedores, donde la trazabilidad de productos agrícolas se convierte en un elemento clave para garantizar credibilidad, seguridad y sostenibilidad en el comercio internacional.