Buenos Aires, 22 de julio de 2025 – Total News Agency‑TNA –Eduardo Bustamante, vicecanciller y segundo de Gerardo Werthein en los papeles, presentó su renuncia al cargo el viernes 18 de julio, formalizada ayer mediante el Decreto 491/2025. El presidente Javier Milei y el canciller aceptaron su dimisión, la cual se publica hoy en el Boletín Oficial.
Diplomático de carrera, abogado y politólogo, Bustamante había asumido en octubre de 2024 durante la gestión de Diana Mondino, tras haber sido cónsul en Uruguay y embajador en Angola y Pakistán. Su llegada fue impulsada por el PRO. Historias periodísticas sostienen que su alejamiento obedece a un desempeño alejado de la línea política del Gobierno, así como al aislamiento provocado por su rivalidad con Karina Milei que repercutio dentro del Palacio San Martín . Según fuentes consultadas, “no estuvo a la altura”, habrían advertido desde el entorno presidencial.
La salida de Bustamante se suma a otras renuncias recientes, como la de Demián Reidel, jefe de asesores presidenciales, consolidando un proceso de recambio que ya registra más de 150 bajas en el gobierno libertario . Reidel, que será titular de Nucleoeléctrica, aseguró su apoyo “absoluto e inquebrantable” al presidente .
Influencia de Santiago Caputo en retirada
El alejamiento de Bustamante ocurre en paralelo a una evidente caída de la influencia de Santiago Caputo, en el llamado “triángulo del poder” que integran con Karina Milei. Caputo, vinculado al financiamiento privado y a la fundación de LLA, enfrentó señalamientos por promover estructuras de recaudación opacas y cobros por acceso a líderes libertarios, lo que habría debilitado su posición interna . En los ultmos tiempos Bustamante supuestamente reportaba al Asesor presidencial, hoy en baja.
Algunos analistas indican que el entorno de Karina Milei y el círculo de la Casa Rosada le retiraron el apoyo, acusándolo de centralizar decisiones fuera del marco oficial y de erosionar alianzas electorales . La renuncia de Bustamante se interpreta como el capítulo más reciente de esta disputa por el control de la Cancillería.
Sustitutos y tensiones internas
En reemplazo de Bustamante, el diplomático Juan Navarro asumirá de forma interina, mientras se evalúan nombres como los de Fernando Brun o Luis María Kreckler, ligados a Werthein y a líneas diplomáticas más alineadas con Karina Milei y con el nuevo perfil del Palacio San Martín.
La maniobra revela, además, el alcance de Karina Milei en la operativa cotidiana de la Cancillería. Tras la salida de Mondino y ahora de Bustamante, se respalda una conducción más uniforme, que descarta voces disidentes y acelera el recambio ideológico dentro del principal órgano del Estado para política exterior.
Contexto político y consecuencias
- Despliegue del PRO en la gestión diplomática: Bustamante, recomendado por D. Mondino y Mauricio Macri, representó la alianza inicial entre libertarios y sectores macristas, que hoy es desechada.
- Desvinculación del bloque Cuba en ONU: Bustamante afrontó presiones tras su participación indirecta en la votación contra el embargo a Cuba en Naciones Unidas, episodio que precipitó la caída de Mondino y lo debilitó políticamente .
- Eclipse de S. Caputo: La desvinculación de Bustamante refuerza la percepción del ocaso de Caputo, tras críticas por funnels de recaudación opacos.
- Un Palacio unificado: La elección de Navarro, Brun o Kreckler apuntala el nuevo perfil de Cancillería dominado por Karina Milei.
- Presión en la política exterior: Los cambios en la cúpula diplomática repercutirán en negociaciones con organismos multilaterales y socios estratégicos.
Conclusión
La renuncia de Bustamante marca un punto de inflexión en la alineación interna del Gobierno. La aparente caída de influencia de Santiago Caputo, el control firme de Karina Milei y la exclusión de figuras externas al nicho libertario reconfiguran la estructura de poder. El relevo diplomático en la Cancillería refleja una estrategia deliberada: cohesionar ideológicamente el núcleo de la gestión con miras a una política exterior coherente con el credo libertario y desvinculada de los pactos electorales previos. El cambio promete mayor claridad en el discurso internacional, pero abre interrogantes sobre diversidad de miradas en materias sensibles como relaciones multilaterales y comercio.