Washington, 20 de agosto de 2025 – Total News Agency-TNA – La secretaria de Defensa de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, informó la anulación de las autorizaciones de seguridad que conservaban 37 antiguos miembros de los organismos de inteligencia, una medida que, según afirmó, se enmarca en la decisión del expresidente Donald Trump de sancionar a quienes habrían utilizado información sensible con fines políticos.
Las acreditaciones en cuestión permiten acceder a documentación clasificada y, en algunos casos, se mantienen después de abandonar la función pública para asesorar a autoridades en ejercicio o desempeñar tareas en industrias estratégicas, como la defensa o el sector aeroespacial. Pese a ello, el comunicado oficial no aclaró si todos los implicados mantenían activas esas credenciales.
Gabbard acusó a los exfuncionarios de “politizar la inteligencia, filtrar datos confidenciales sin permiso y violar deliberadamente los parámetros profesionales”, lo que —dijo— representa una traición a la confianza depositada en ellos. “El acceso a información clasificada es un privilegio y no un derecho. Quienes anteponen sus intereses personales a la seguridad nacional quiebran el juramento que hicieron a la Constitución”, publicó la funcionaria en la red social X.
No se difundieron acusaciones individuales ni cargos judiciales concretos contra los afectados, aunque la decisión prolonga una práctica ya aplicada durante la gestión Trump, que había ordenado anteriormente la cancelación de autorizaciones a figuras como el presidente Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris y congresistas que intervinieron en las pesquisas sobre los disturbios en el Capitolio del 6 de enero de 2021.
En paralelo, Gabbard ha intensificado sus críticas contra antiguos funcionarios del gobierno de Barack Obama, a quienes responsabiliza de impulsar los informes que atribuían a Rusia la injerencia en los comicios de 2016, ganados por Trump. Para la actual administración republicana, tales informes constituyeron una “conspiración” orientada a socavar la legitimidad electoral del entonces mandatario.
Los demócratas rechazaron la medida, a la que calificaron de maniobra política. Voceros de la oposición sostienen que la Casa Blanca intenta desviar la atención de decisiones impopulares y de las polémicas en torno a los presuntos vínculos de Trump con el empresario Jeffrey Epstein. “Son acusaciones absurdas y un intento burdo de distracción”, replicó recientemente un portavoz del expresidente Obama.