Buenos Aires, 22 de agosto de 2025-Total News Agency-TNA-La escalada entre Washington y Caracas reordenó, en cuestión de días, el tablero diplomático alrededor de Venezuela. Mientras China respondió con cautela, limitándose a condenar la “interferencia” y a prometer cooperación económica sin compromisos militares, Rusia exhibe una alianza estratégica consolidada con Nicolás Maduro, aunque —en lo inmediato— evitó pronunciamientos contundentes sobre el despliegue naval estadounidense en el Caribe.
El giro de Washington incluyó dos señales de alto voltaje: el envío de tres destructores Aegis —USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson— con apoyo de un escuadrón anfibio y unos 4.000 marines hacia aguas próximas a Venezuela, y la duplicación de la recompensa por información que lleve a la detención del mandatario venezolano hasta 50 millones de dólares. La Casa Blanca vincula a Maduro con el “narco-terrorismo” y el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos. Caracas replicó movilizando a su Milicia Nacional por millones de efectivos y denunciando una amenaza a la paz regional. AP NewsAl JazeeraReutersState Department
Pekín, por su parte, advirtió contra la “militarización” y el uso de la fuerza, reivindicó la Carta de la ONU y evitó toda señal de apoyo armamentista a Miraflores. Voceros de la cancillería china se limitaron a cuestionar el envío de buques estadounidenses, mientras analistas en medios oficiales y paraoficiales estiman que el auxilio chino se encauzará en la ampliación de negocios petroleros y transferencias tecnológicas, no en cooperación militar sensible. El canciller venezolano, Yván Gil, agradeció públicamente a Beijing por su “rechazo firme” a las amenazas de EE.UU., presentándolo como muestra de “amistad inquebrantable”. Anadolu AjansıSouth China Morning Post+1Últimas Noticias
Moscú, en cambio, llega a esta coyuntura con un andamiaje político-estratégico aceitado: en mayo, Vladimir Putin y Nicolás Maduro firmaron en el Kremlin un acuerdo de “asociación estratégica” que amplía la cooperación energética, diplomática y de control de armamentos, además de coordinar posiciones en foros como OPEP+ y el Foro de Países Exportadores de Gas. La relación, apuntalada por años de asistencia para comercializar crudo venezolano bajo sanciones y un historial de ventas militares, se mantiene como una de las más estrechas de Rusia en América Latina. ReutersAmericas Quarterly
Con todo, ante el reciente despliegue de destructores estadounidenses, el Kremlin no emitió —hasta el cierre de este cable— una condena específica comparable a la de China. La señal más nítida de Moscú en agosto fue un llamado general a la prudencia frente a otras decisiones militares de Washington, evitando escalar la retórica. En paralelo, declaraciones de su cancillería han coqueteado —en términos potenciales— con la idea de proyectar capacidades en América Latina, sin anuncios concretos. ReutersEADaily
El contraste es nítido:
- China busca blindar su exposición económica en Venezuela (petróleo y tecnología), manteniendo un discurso de soberanía y no injerencia, y marcando distancia de cualquier compromiso castrense que la coloque en choque frontal con Washington en pleno compás de distensión arancelaria. South China Morning Post+1
- Rusia preserva y ensancha un vínculo “duro” con Caracas —energía, armamento y coordinación geopolítica—, pero opta por un perfil bajo en el cruce inmediato por el Caribe, probablemente condicionado por sus prioridades militares en Ucrania y por el reciente diálogo Putin-Trump en Alaska. Aun así, el precedente de despliegues simbólicos de poder (como los bombarderos Tu-160 en 2018) recuerda que Moscú conserva palancas para “señalizar” apoyo si el equilibrio lo exigiera. en.kremlin.ruReuters
En términos regionales, la presencia naval de EE.UU. y la contra-movilización de Maduro reavivan temores de una externalización del conflicto hacia Sudamérica. Para Caracas, el paraguas político de sus socios extrahemisféricos es vital; para Pekín y Moscú, el cálculo fino entre costos, beneficios y calendarios —económicos, electorales y militares— define por ahora dos respuestas distintas: prudencia activa en China y alianza estratégica contenida en Rusia. Al Jazeera