Kabul, 21 de septiembre de 2025 – Total News Agency (TNA)El gobierno de facto de Afganistán, en manos de los talibanes, advirtió este domingo a Estados Unidos que no tolerará intentos de recuperar la base aérea de Bagram, luego de que el presidente Donald Trump expresara su interés en retomar el control de la instalación estratégica situada a 60 kilómetros al noroeste de Kabul.
En un comunicado oficial, el Emirato Islámico sostuvo que “la independencia y la integridad territorial de Afganistán son de máxima importancia” y recordó los compromisos asumidos en el Acuerdo de Doha, que prohíben a Washington usar la fuerza o interferir en los asuntos internos afganos. “En lugar de repetir enfoques fallidos del pasado, debe adoptarse una política de realismo y racionalidad”, señalaron.
El jefe de gabinete del Ministerio de Defensa, Fasihudin Fitrat, fue categórico al rechazar cualquier cesión territorial: “Un acuerdo, aunque sea sobre una pulgada del suelo de Afganistán, no es posible. No lo necesitamos”.
Las declaraciones respondieron directamente al mensaje publicado por Trump en su red Truth Social, donde exigió que se devuelva Bagram “a quienes la construyeron, los Estados Unidos de América”, y advirtió en tono amenazante: “¡Pasarán cosas malas!” si no se cumple con su pedido. Sin embargo, la base fue construida en la década de 1950 por la Unión Soviética, antes de ser utilizada por EE.UU. como centro operativo de su intervención militar durante dos décadas.
La tensión escaló en los últimos días, cuando Trump aseguró que mantiene conversaciones con Afganistán para recuperar la instalación. Desde la administración talibán, el alto funcionario Zakir Jalaly respondió que Kabul está dispuesto a cooperar en términos económicos y políticos con Washington, pero sin permitir presencia militar extranjera. “Afganistán y América pueden tener relaciones basadas en el respeto mutuo y los intereses comunes, sin que haya tropas en nuestro territorio”, escribió en la red social X.
El rechazo de los talibanes cierra cualquier posibilidad de que la Casa Blanca impulse un acuerdo en el corto plazo, mientras se reavivan las tensiones bilaterales a cuatro años de la retirada estadounidense.