Buenos Aires, 1 de octubre de 2025 — Total News Agency-TNA–Domingo Felipe Cavallo, el exministro de Economía que marcó a fuego la historia argentina con la Ley de Convertibilidad, reapareció con un diagnóstico duro y recomendaciones minuciosas para el gobierno de Javier Milei. En un extenso análisis, el exfuncionario comparó la coyuntura actual con la de fines de 1990 y advirtió que, tras las elecciones legislativas del 26 de octubre, el oficialismo no tendrá otra alternativa que ejecutar una transformación integral del régimen monetario, financiero y cambiario, en línea con lo que hizo Carlos Menem hace más de tres décadas.
Un cambio de rumbo inevitable
Cavallo sostuvo que, gane o pierda Milei en los comicios, la presión internacional y la necesidad de estabilizar las cuentas obligarán a adoptar una reforma radical: levantar de inmediato el cepo cambiario, permitir que personas y empresas operen libremente en divisas, y dejar flotar el dólar sin bandas ni restricciones. “La política económica debe reencauzarse hacia la estabilidad duradera y el crecimiento. Eliminar el control de cambios es el punto de partida ineludible”, afirmó.
Para reforzar la confianza, propuso que el Tesoro y el Banco Central anuncien un programa sostenido de compras de reservas, con el objetivo de cubrir los compromisos de deuda en los próximos años. La clave, según Cavallo, es enviar una señal creíble a los mercados y a los acreedores de que la Argentina tendrá la capacidad de enfrentar sus obligaciones sin sobresaltos.
El respaldo externo como condición
El exministro aseguró que si el gobierno dudara en implementar estas reformas, la presión vendrá desde el Tesoro de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional. “Van a exigir los cambios monetarios y cambiarios como condición para cualquier apoyo. No se trata de un aporte de dólares masivo, sino de algo más decisivo: reparar el talón de Aquiles del programa económico de Milei, que desde el inicio mostró debilidad en su régimen cambiario”, señaló.
En este sentido, citó a Joaquín Cottani, quien remarcó que el involucramiento de la administración de Donald Trump en la economía argentina podría tener un efecto estabilizador, aun sin significar una inyección directa de divisas.
No 2001, sino 1990
Cavallo rechazó de plano las comparaciones con el estallido de 2001, crisis que lo tuvo como protagonista en el final de la gestión de Fernando de la Rúa. “El kirchnerismo usa esa analogía para sugerir que Milei está al borde de perder el gobierno, y los mileístas para señalar que fue el fracaso de la convertibilidad. Ambos se equivocan”, argumentó.
Para el economista, el verdadero espejo está en diciembre de 1990 y enero de 1991, cuando Menem enfrentó una recesión profunda, inflación en descenso pero aún alta, tasas de interés exorbitantes y un mercado cambiario distorsionado. “Los primeros 20 meses de Menem son comparables a los primeros meses de Milei. Ambos heredaron situaciones catastróficas y aplicaron fuertes ajustes fiscales”, afirmó.
Incluso marcó un paralelismo político: “En 1990 hubo denuncias de corrupción que afectaban a la familia presidencial y dañaban la imagen del Gobierno, algo no muy distinto a lo que hoy ocurre con Karina Milei y ‘Lule’ Menem”.
El plan detallado: una nueva organización económica
Cavallo enumeró, punto por punto, cómo debería organizarse el sistema económico a partir de fin de mes:
- Emisión controlada: prohibir expresamente la emisión monetaria para financiar déficit en Nación, provincias o municipios. Solo podrá emitirse para comprar reservas o realizar operaciones de mercado abierto.
- Libre convertibilidad: declarar la libre convertibilidad del peso y abolir todo control de cambio, permitiendo que la moneda flote libremente en el mercado.
- Sistema financiero en múltiples monedas: autorizar depósitos y préstamos en pesos, dólares o cualquier otra moneda convertible, bajo las mismas condiciones regulatorias.
- Intermediación en dólares: permitir a los bancos recibir depósitos en divisas y otorgar créditos en esas mismas monedas, siempre guardando encajes fijados por el Banco Central.
- Créditos diferenciados: el financiamiento al consumo (tarjetas, préstamos personales, hipotecas, créditos a pymes) deberá originarse en los depósitos bancarios, mientras que los grandes proyectos de inversión deberán canalizarse a través del mercado de capitales.
- Fomento a fondos de inversión: inducir a los grandes depositantes a trasladar sus plazos fijos a cuotapartes de fondos administrados por los bancos, fortaleciendo el mercado financiero.
- Banco Central como regulador del crédito: el BCRA podrá operar en los mercados secundarios de títulos públicos, tanto en pesos como en dólares, para regular la expansión del crédito y contener eventuales desequilibrios.
Un mensaje a quienes temen la devaluación
Ante quienes advierten un salto del dólar tras la liberación cambiaria, Cavallo pidió mirar la experiencia de marzo de 1991: “El dólar subió fuerte y la inflación repuntó, pero luego se estabilizó en un nivel de equilibrio que permitió poner en marcha la convertibilidad. Lo mismo puede suceder ahora”.
La prueba de fuego de Milei
Para Cavallo, el presidente libertario enfrenta la misma prueba que Menem hace 35 años: “Tomar decisiones difíciles, sin dogmatismos, y reorganizar el país con reglas claras, previsibles y entendibles. Eso fue lo que permitió a Menem abrir la economía y estabilizarla tras cinco décadas de inestabilidad. Milei debe asumir esa misma responsabilidad”.
Concluyó que, si Milei adopta estas recomendaciones, “la nueva legislación cambiaria y financiera podrá tener un impacto tan transformador como la Ley de Convertibilidad en 1991”.