Buenos Aires, 8 de octubre de 2025 – Total News Agency – TNA.--La madre de Morena Verdi, una de las tres jóvenes asesinadas en el triple crimen de Florencio Varela, declaró ante la Justicia que la adolescente Lara Gutiérrez habría sido enviada por su pareja a emboscar a un cliente para sustraerle droga. Según su testimonio, ese hecho podría haber sido el detonante de los brutales asesinatos ocurridos en la vivienda donde fueron hallados los cuerpos.
Una hipótesis de “narcofemicidio”
Sabrina Mara del Castillo, madre de Morena Verdi, declaró ante el fiscal Adrián Arribas que, en su opinión, el caso constituye un “narcofemicidio” debido a la violencia ejercida contra las tres víctimas, especialmente contra Lara, de 15 años. “Lara tenía los dedos cortados, y por lo que pude averiguar, esa es una modalidad narco por haber tocado algo que no debía”, afirmó.
Del Castillo relató que su hija le contó que Lara “se encontró con un cliente y vio que esa persona movía droga”. Según su testimonio, la adolescente le habría comentado el hecho a un novio o exnovio, quien la habría enviado nuevamente a reunirse con el mismo hombre para “dormirlo y poder ingresar al lugar a robar la droga”. La mujer indicó que ignora la cantidad sustraída, aunque cree que se trató de una “importante cantidad”, lo que explicaría la extrema violencia con la que actuaron los asesinos.
La pista del “Loco David”
La declaración también apunta a un hombre conocido como “El Loco David” o “El Tarta”, por su tartamudez, quien habría estado en la fiesta del viernes en la que fueron vistas por última vez las tres jóvenes. Testimonios recientes lo vinculan directamente con la escena del crimen.
La esposa del remisero Víctor Lázaro Sotacuro, uno de los nueve detenidos, mencionó al “Loco David” en su declaración y lo describió como un hombre peruano, de unos 30 años, “gordito, moreno y de pelo corto”, residente en la villa de la manzana 29. Según la madre de Morena, este individuo sería quien maneja la venta de drogas en el barrio Las Antenas y tendría conexiones con redes de tráfico que operan en Villa Palito, San Justo.
Amenazas y pedido de custodia
En su testimonio, Del Castillo denunció que tanto su familia como la de Brenda, otra de las víctimas, fueron amenazadas tras conocerse el crimen, y solicitó custodia policial. Además, reconoció que las tres jóvenes ejercían la prostitución en el barrio de Flores y señaló que Agostina, la hermana mayor de Lara, actuaba como “regenteadora”.
El desarrollo del caso
Las familias de Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi supieron por última vez de ellas el viernes 19 de septiembre, cuando les informaron que asistirían a una fiesta por la cual recibirían 300 dólares cada una. Las jóvenes fueron trasladadas en una camioneta Chevrolet Tracker blanca desde La Matanza hasta Florencio Varela.
El 24 de septiembre, los cuerpos fueron hallados enterrados en una fosa del patio de una vivienda ubicada en Río Jáchal y Chañar, en el barrio Villa Vatteone. Las autopsias confirmaron que las tres habían sido torturadas, golpeadas y asesinadas.
En el lugar fueron detenidos Maximiliano Andrés Parra e Iara Daniela Ibarra, quienes intentaban limpiar manchas de sangre dentro de la casa. Días después fueron arrestados Celeste Magalí González Guerrero y su pareja, el peruano Miguel Ángel Villanueva Silva, quienes habían alquilado la propiedad donde se cometieron los crímenes.
Posteriormente cayó el remisero Víctor Sotacuro, detenido en la ciudad boliviana de Villazón, cerca de La Quiaca, y su sobrina Florencia Ibáñez, luego de conceder una entrevista televisiva. Más tarde fue apresado Ariel Giménez, tras el testimonio de un chofer que lo vio transportar una pala y un parlante desde la casa del crimen.
Finalmente, el 30 de septiembre las autoridades peruanas detuvieron en Lima a Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, presunto líder del grupo y cabecilla de la organización narco, junto a su mano derecha, Matías Agustín Ozorio.