Buenos Aires, 15 de octubre de 2025 – Total News Agency-TNA–La intensa agenda de contactos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con diplomáticos y empresarios de la República Popular China generó inquietud en la administración estadounidense, en momentos en que el gobierno de Donald Trump mantiene una competencia geopolítica abierta con el gigante asiático y exige a sus aliados una posición más alineada con Occidente.
Una agenda que despierta alertas
Entre octubre de 2024 y julio de 2025, Francos mantuvo cerca de 50 reuniones con delegaciones chinas, muchas de ellas con figuras de alto nivel diplomático o empresarial. En los registros oficiales aparecen los nombres del embajador Wang Wei, el encargado de negocios Wang Xiaoxu y otros funcionarios de la embajada, además de representantes de las firmas Gezhouba Group y Ganfeng Lithium, dos empresas clave en infraestructura energética y minería de litio.
Fuentes diplomáticas consultadas en Washington señalan que esta frecuencia de encuentros es observada con preocupación, al considerar que podría contradecir la orientación prooccidental que el presidente Javier Milei ha proclamado como eje de su política exterior.
Energía, litio e infraestructura, los ejes del interés chino
La presencia de China en Argentina se concentra en dos sectores estratégicos: la energía y los minerales críticos.
Ganfeng Lithium, una de las principales productoras mundiales del metal, opera en el Triángulo del Litio —entre Salta y Jujuy— y tiene proyectadas inversiones superiores a 2.000 millones de dólares.
Por su parte, China Gezhouba Group mantiene una posición dominante en proyectos de infraestructura hidroeléctrica, especialmente en las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, en la Patagonia.
En ese contexto, el jefe de Gabinete recibió repetidamente a Zhang Jun, CEO de Gezhouba; Wang Minyi, director de proyecto; y otros altos ejecutivos. Estas reuniones, sumadas a los contactos diplomáticos, consolidaron un patrón de diálogo sostenido y de alto nivel con Beijing.
La mirada estadounidense
La Casa Blanca sigue con atención los movimientos del gabinete argentino. En la reciente reunión entre Donald Trump y Javier Milei, el tema China fue abordado de manera directa. Aunque no se exigió la anulación del swap financiero bilateral por 18.000 millones de dólares, sí se definió una “línea roja” en materia de cooperación militar, recordando que en Neuquén continúa operando un observatorio espacial bajo control de las Fuerzas Armadas chinas.
El consultor estadounidense Barry Bennett, asesor clave del trumpismo, mantuvo encuentros con dirigentes oficialistas y opositores, entre ellos Santiago Caputo, Cristian Ritondo, Miguel Ángel Pichetto y Rodrigo De Loredo, donde el “factor China” fue el eje del debate. Según trascendió, Washington teme que la Casa Rosada esté enviando señales ambiguas al mantener simultáneamente vínculos con ambos polos del poder mundial.
Equilibrio delicado para el gobierno libertario
Guillermo Francos, conocido por su perfil pragmático, se mueve entre dos presiones contrapuestas: mantener el apoyo financiero y político de Estados Unidos y asegurar las inversiones chinas en sectores estratégicos para la economía argentina.
La hiperactividad diplomática del jefe de Gabinete refleja una apuesta a conservar múltiples canales abiertos, pero también evidencia el riesgo de una ambigüedad geopolítica que podría tener costos en las relaciones bilaterales con Washington.
Fuentes consultadas: Infobae; Boletín Oficial; Cámara de Diputados; Ministerio de Relaciones Exteriores; agencias internacionales.