Buenos Aires, 26 de octubre de 2025-Total News Agency-TNA-.El fiscal federal Eduardo Taiano ha convocado a declarar a casi 300 oficiales y personal civil de inteligencia del Ejército Argentino que operaron durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, con el objetivo de probar la existencia de una estructura de inteligencia paralela y posibles conexiones con el asesinato del fiscal Alberto Nisman.
Las testimoniales, originalmente programadas para iniciarse de inmediato, se postergaron hasta principios de noviembre a solicitud del Ministerio de Defensa, que exigió garantías de confidencialidad para los testigos, muchos de los cuales continúan en actividad. A partir de la próxima semana, el equipo de Taiano tomará dos declaraciones semanales, cada una podría durar horas, durante las cuales se confrontarán los relatos con registros de llamadas telefónicas y datos de geolocalización de los involucrados en los momentos previos y posteriores al crimen, ocurrido el 18 de enero de 2015.
En las citaciones, remitidas a través del Ejército, no se incluye al ex jefe de la fuerza y director de Inteligencia, el general César Milani, ni a su principal colaborador, el suboficial retirado Joaquín Conrado Pereyra, entre otros, ya que los resultados de estas 300 declaraciones podrían derivar en su convocatoria como imputados.
Preocupación de Milani
Milani, en una reciente entrevista radial, se adelantó a responder por sus subordinados al afirmar ante los micrófonos que “que me llamen a mí a declarar, los 300 dirán que no conocieron a Nisman”, con lo que buscó orientar las declaraciones de sus ex colaboradores a través de los medios de comunicación, evitando así comunicaciones directas que pudieran ser monitoreadas por la Justicia. Entre los principales allegados de Milani en los que la investigación pone el foco se encuentran el suboficial Pereyra, y dos estrechos colaboraodres, Granito y Quiroga.
El equipo investigador, liderado por Hernán Kleiman, persigue dos metas principales: demostrar judicialmente la operación de una “SIDE paralela” bajo la dirección de Milani durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, y establecer si esta estructura tuvo vinculación con el homicidio de Nisman.
Obstáculos presupuestarios
A pesar de que el procurador general Eduardo Casal autorizó la contratación de cinco empleados adicionales para manejar el volumen de testimoniales, el Gobierno de Javier Milei, que hasta ahora había colaborado activamente, aún no ha transferido los fondos necesarios.
Según hipótesis de la fiscalía, en el crimen y la simulación de suicidio no solo intervinieron la SIDE y la dirección de Inteligencia del Ejército, sino también la AFIP, la ex procuradora general Alejandra Gils Carbó, el ex secretario general de la Presidencia Aníbal Fernández y el ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich, entre otros actores.
Contexto histórico
El fiscal Nisman, en 2006, solicitó la captura internacional de ocho ex altos funcionarios del gobierno iraní por su presunto rol en el atentado a la AMIA. Las ramificaciones de esta supuesta inteligencia paralela incluyeron acciones como obstaculizar la investigación sobre la participación de Irán en el atentado y realizar consultas irregulares en la base de datos de Migraciones para verificar si el ex director de Contrainteligencia Antonio Stiuso había salido del país el 18 de enero de 2015, cuando aún no se conocía la muerte de Nisman.
En paralelo, el juez Julián Ercolini notificó a los imputados por la contaminación de la escena del crimen en el departamento de Le Parc, incluyendo a la ex fiscal Viviana Fein, el ex viceministro de Seguridad Sergio Berni y el juez Manuel De Campos.
Foco en la inteligencia
La investigación se centra en el aparato de inteligencia civil y militar durante el kirchnerismo, partiendo de la premisa de que la dirección de Inteligencia del Ejército, comandada por Milani, asumió tareas de la AFI tras el desplazamiento de Stiuso en noviembre de 2014. Esto contravendría la prohibición legal de inteligencia interna por parte de las fuerzas armadas.
Se sustentan en testimonios, cruces de comunicaciones y evidencias de causas conexas. Stiuso declaró que, en 2012, recibió órdenes de no compartir información con Nisman por instrucción de Cristina Kirchner, aunque se resistió por mandato judicial. El Memorándum de Entendimiento con Irán se había firmado el año anterior.
Para Taiano, el atentado a la AMIA, el pacto con Irán y el asesinato de Nisman están estrechamente interconectados. Stiuso afirmó que el aparato paralelo inició en 2008 con Milani al frente, consolidándose como una estructura clandestina de gobierno.
Tras la muerte de Néstor Kirchner en 2010, con Nilda Garré en Seguridad y Arturo Puricelli en Defensa, Milani controlaba efectivamente el ministerio pese a no ser el titular. Incorporó 1.800 agentes como personal civil de inteligencia (PCI), cuyos nombres permanecen reservados y muchos de los cuales declararán próximamente.
El aparato se perfeccionó con aportes de fuerzas armadas, de seguridad y un sector de la SIDE, sumando “satélites” como Gils Carbó en la Procuración, y funcionarios de la AFIP y la UIF.
Escuchas ilegales
Stiuso confirmó la detección de equipos para interceptaciones ilegales de celulares, conocidos como “valijas”, en la sede del Ejército y en la zona del Obelisco durante la gestión de Milani. Estas dispositivos, adquiribles solo en el exterior y destinados exclusivamente a espionaje ilegal, se camuflan como antenas de telefonía para captar comunicaciones privadas.
Con una “valija” en el microcentro, se podía intervenir miles de líneas. Stiuso aseguró que Nisman era un objetivo, evidenciado por un virus en su teléfono y la eliminación de correos y llamadas, posiblemente mediante aparatos tácticos del Ejército.
Aumento de fondos
Tras el pacto con Irán, Cristina incrementó los presupuestos de Inteligencia del Ejército en detrimento de la SIDE, revirtiendo políticas democráticas desde 1983. Una auditoría detectó gastos no rendidos por Milani por 1.017 millones de pesos en 2014 y 2015.
Las partidas para la Jefatura II de Inteligencia del Ejército crecieron 156,20% entre 2010 y 2014, contra un 33,93% para la SIDE.
Causas conexas
Se analizan testimonios de la causa por espionaje ilegal a jueces en el caso Vialidad. El sargento retirado Gabriel Zanchetta mencionó en su currículum haber trabajado en un “grupo de tareas” de Pereyra, quien “sabe quién mató a Nisman”.
En un comunicado por el décimo aniversario del crimen, Taiano identificó contactos entre la AFI, la Policía bonaerense, su ministro de Seguridad y el Ejército el día del hecho. La inteligencia militar operaba conjuntamente con sectores de la SIDE leales al gobierno, con Pereyra como nexo.
Se implementaron medidas para potenciar la inteligencia del Ejército, asumiendo roles previos de la SIDE. El vínculo con subordinados de Milani no fue casual, colaborando con agentes de la AFI en sus bases.
Fuentes consultadas: Fuentes judiciales; testimonial de Antonio Stiuso; comunicado del fiscal Eduardo Taiano; auditoría de la Comisión Bicameral de Seguimiento de Organismos y Actividades de Inteligencia; partidas presupuestarias proporcionadas por Miguel Ángel Toma; currículum de Gabriel Zanchetta.

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