París, 3 noviembre 2025 – Total News Agency-TNA –El Gobierno francés lanzó una advertencia firme al gigante del comercio electrónico asiático SHEIN: si reincide en la comercialización de productos con apariencia de delito —en particular muñecas sexuales con aspecto infantil— podría perder su acceso al mercado nacional. El ministro de Economía, Roland Lescure, señaló que la legislación francesa contempla medidas extremas para los casos vinculados a pornografía infantil, tráfico de estupefacientes o terrorismo.
El foco del escándalo se encuentra en una alerta de la DGCCRF (Dirección General de Competencia, Consumo y Represión de Fraudes), que identificó en la plataforma de Shein “muñecas sexuales con apariencia infantil” y otros productos pornográficos sin filtros de acceso adecuado para menores. Las descripciones y clasificación de esos contenidos fueron consideradas por la agencia como “difícil de dudar que constituyen pornografía infantil”.
Ante la detección de los productos, Shein aseguró haber retirado inmediatamente los artículos cuestionados y haber lanzado una investigación interna. Sin embargo, el Ejecutivo francés advirtió que si se repiten conductas similares tendrá “derecho a solicitar la prohibición del acceso al mercado francés” para la empresa.
La gravedad de la situación radica tanto en la naturaleza de los objetos como en el contexto comercial de la empresa. Shein divulgó su primer punto de venta físico en París, dentro de los grandes almacenes BHV Marais, y ello coincidió con una reacción de proveedores franceses que retiraron sus productos en señal de protesta. El anuncio generó un ambiente de tensión entre defendores de la moda sostenible y la irrupción de modelos de negocio que mezclan fast-fashion, globalización y polémicas regulatorias.
La alerta de la DGCCRF no se limita a los productos señalados: también advierte la comercialización de muñecas sexuales para adultos sin filtros eficaces que impidan su acceso por menores o públicos vulnerables. Este señalamiento agrava la posición de Shein al situar la empresa en la intersección entre comercio electrónico de volumen, fiscalización estatal y responsabilidad social.
El eventual bloqueo del mercado francés también posee implicaciones más amplias para el espacio europeo. Francia actúa como punta de lanza en la vigilancia de plataformas digitales globales, y la amenaza de exclusión del mercado podría marcar un precedente en la regulación de e-commerce, productos importados y responsabilidades de las grandes plataformas frente a contenidos ilegales o nocivos.
Para Shein, la situación representa un desafío triple: primero, resguardar su acceso a uno de los grandes mercados europeos; segundo, restaurar la confianza ante inversores, reguladores y consumidores; tercero, renegociar su estrategia comercial tras multas previas, entre ellas una sanción de 150 millones de euros por cookies sin consentimiento informado y otra de 40 millones por prácticas comerciales engañosas.
En el terreno legal, el caso puede abrir investigaciones sobre la responsabilidad de plataformas que permiten la venta de contenidos y productos de fácil acceso a menores, así como sobre la capacidad de los Estados para imponer sanciones y medidas de bloqueo. El ministro Lescure advirtió que la ley francesa habilita la prohibición del acceso cuando hay materiales pornográficos infantiles, y subrayó que “estos objetos horribles son ilegales, habrá una investigación judicial”.
La empresa neoyorquina aún no ha emitido una declaración detallada en Francia sobre las consecuencias del incidente, aunque ya anticipó que se suma a estos esfuerzos de remoción de productos y mejora de controles. Fuentes del ámbito regulatorio estiman que la fiscalización se ampliará a otras plataformas de origen chino ante sospechas de prácticas similares.
El desenlace de esta disputa no sólo determinará el futuro de Shein en Francia sino que puede modificar el equilibrio entre comercio digital global, reguladores nacionales y protección de menores. Mientras tanto, el sector de la moda y el comercio electrónico observa con atención este episodio que transciende lo mercantil y se instala en el plano de la gobernanza digital, la ética corporativa y el control estatal de contenidos.
                                
                                
			
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