El Gobierno tiene la oportunidad de empezar a recorrer un sendero virtuoso. El triunfo de La Libertad Avanza en la elección de medio término despejó temores y revirtió la desconfianza de los agentes económicos, que a diferencia de lo que sucedió entre agosto y octubre, en esta última semana se mostraron predispuestos a tomar riesgos.
Los objetivos que se planteó Javier Milei para la segunda mitad de su mandato se volvieron más cercanos, no solo por la mayor cantidad de legisladores que tendrán LLA y sus aliados en el Congreso, sino por la reconfiguración de su equipo político. El “nuevo” gabinete generó buenas repercusiones, aunque mostrar la foto del equipo solo sirve para darle envión a las apuestas iniciales. Ahora la meta es conseguir el primer gol.
Diego Santilli. (Fuente: archivo)Diego Santilli, como futuro ministro político, será el principal interlocutor de los gobernadores. Pero la efectividad de ese contacto no provendrá solo de la muñeca negociadora que desarrolló a lo largo de su carrera, primero en el menemismo y luego en el PRO. Para que los jefes provinciales lo respeten, deberá demostrar que pueden tender un puente sólido con el Ministerio de Economía. La etapa que viene no estará marcada por discusiones sencillas. Por el contrario, los pendientes que arrastran los gobernadores son millonarios: arrancan en la ley que dispone el reparto de los fondos de ATN, vetada por Milei y rechazada por el Parlamento.
El “gol” que ayudaría a consolidar expectativas es el Presupuesto 2026, una herramienta cuya sanción esta vez es deseada por el propio gobierno (además del FMI). Es que después de todos los traspiés que sufrió este año con leyes que elevaban el gasto, el Ejecutivo se dio cuenta de que si no tenía números reales para defender, la meta por la que se peleaba con la oposición era ficticia.
El oficialismo pretende conseguir un dictamen de comisión con cierta premura. Pero en la Cámara baja choca con la aspiración de varios legisladores que pretenden actualizar las proyecciones realizadas hace tres meses, y contabilizar varias de las iniciativas votadas y rechazadas por el Ejecutivo. En principio intentará ver si le alcanza el número para habilitar la versión original. Es una forma de comprar tiempo, ya que la verdadera negociación se hará en los próximos 40 días, el plazo que falta para que asuman los diputados y senadores votados el 26 de octubre.
¿Hay algún otro instrumento de gestión a mano que permita sostener expectativas? Sí, el puñado de privatizaciones en marcha. También está cerca del acuerdo comercial con Estados Unidos. La opinión de la Casa Blanca mantendrá preminencia en las decisiones del Gobierno, ya que la soga a la que puede apelar la Argentina para pagar deuda (el swap de u$s 20.000 millones) o redefinir la meta fiscal con el FMI se discute y aprueba en Washington.
Fuente El Cronista
                                
                                
			
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