Buenos Aires, 13 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-El Tribunal Oral Federal N° 7 (TOF 7) dispuso que el juicio oral por la Causa Cuadernos de las Coimas sea sostenido con dos audiencias semanales, los martes y jueves, tras acceder a parte del reclamo de la Cámara Federal de Casación Penal, que había pedido tres sesiones por semana para acelerar el proceso. Sin embargo, el propio tribunal admitió que la estructura está “colapsada” debido al volumen de causas acumuladas. Al ritmo anunciado, el proceso continuará en una modalidad bimodal, presencial para el acusado principal y virtual para el resto de los implicados —unos 86 imputados—, lo que genera críticas por la operatividad y transparencia del debate.
La decisión surge ante la presión para que este macrojuicio no se extienda durante años. El TOF 7 señaló que en los últimos 90 días ingresaron 29 nuevos expedientes, lo que agravó su estado operativo y motivó un pedido para quedar exento del sorteo de causas, solicitud que fue rechazada. Frente a ello, el tribunal comunicó que sumará el martes a la ya establecida audiencia de los jueves para intentar dar mayor celeridad al trámite.
La modalidad de celebración también ha sido fuente de polémica. Según fuentes judiciales, las audiencias se realizarán en la sala de planta baja del Palacio de Justicia (Talcahuano 550) con “el” acusado, su defensa, jueces, fiscalía, querella y público presencialmente, mientras que otros actores —imputados, testigos y público general— participarán vía la plataforma Zoom. La combinación de formatos presencial + virtual fue adoptada oficialmente por el tribunal pese a que la Cámara de Casación había cuestionado que la modalidad telemática y una frecuencia semanal comprometían la razonabilidad del proceso. La presencia de los imputados en el tribunal durante la realizacion del jucio es más que necesaria, aseguran diferentes juristas.
Cabe destacar que el reclamo de tres audiencias semanales no fue atendido por completo. La Cámara de Casación había instado un mayor ritmo para evitar la dilación del juicio, que involucra decenas de imputados, cientos de testigos y un volumen probatorio masivo. El TOF 7 resolvió elevar solo a dos sesiones por semana, lo cual desde algunos sectores de la justicia es visto aún como insuficiente para evitar una prolongación de años del proceso.
La presencia “del” acusado —y posiblemente otros también— en sala física, en contraste con la mayoría de los 86 imputados conectados en forma remota, abre interrogantes sobre la igualdad de condiciones procesales y la adecuada inmediación judicial. La virtualidad ha sido objeto de crítica: en audiencias anteriores fue señalado que algunos imputados participaron desde lugares inapropiados, lo que motivó cuestionamientos sobre el control presencial del proceso.
El calendario aprobado refleja un compromiso parcial del tribunal para acelerar el debate, aunque especialistas en derecho penal advierten que, incluso con dos audiencias semanales, el ritmo resulta modesto frente a la magnitud del expediente. El colapso operativo denunciado por el TOF 7 —junto con la acumulación de causas— hace dudar que el sistema pueda cumplir con plazos razonables sin refuerzos técnicos, recursos humanos adicionales y un esquema completamente presencial.
Este ajuste en el cronograma llega justo en el inicio de la segunda audiencia del juicio, en la que aparece como principal imputada la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En su desarrollo, se debe continuar con la lectura del requerimiento de elevación a juicio, un documento que supera las 678 páginas. La primera jornada había avanzado apenas una quinta parte del mismo, lo que generó reproches por la lentitud del trámite.
Aunque el avance a dos sesiones semanales puede considerarse un paso hacia mayor eficiencia, la modalidad mixta persiste como motivo de inquietud y esboza una transición pendiente hacia un juicio verdaderamente presencial y también más dinámico. La Cámara de Casación convocó a reunión con los jueces del TOF 7 para definir con detalle las herramientas necesarias para “mayor eficacia, eficiencia y celeridad” del proceso.
En definitiva, el juicio de los Cuadernos da señales de movimiento estructural, pero el compromiso del tribunal queda reducido ante los requerimientos de aceleración del sistema judicial. Con 86 imputados, una logística compleja y un formato mixto de audiencias, la pregunta sigue siendo si el proceso avanzará a la velocidad que la gravedad del expediente exige o continuará estancado en la rutina de demoras y procedimientos extendidos.

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