El “Señor 5”, Sergio Neiffert, habría protagonizado un feroz enfrentamiento interno con el subsecretario administrativo de la central de inteligencia, José Lago Rodríguez, como ya anticipo en exclusiva TNA y replicaran otros medios. Según versiones surgida desde fuentes oficiales en reserva, Santiago Caputo —hasta ahora principal sostén de Neiffert— le habría retirado abruptamente su apoyo para trasladarlo a Lago Rodríguez, detonando una crisis inédita en la conducción del organismo.
De acuerdo con fuentes consultadas por Total News, el conflicto se agravó cuando Lago Rodríguez visitó a Neiffert en su casa con una propuesta que el propio Neiffert interpretó como un intento de golpe interno: mantener su título formal de “Señor 5”, pero cediendo el control total de la estructura. En los hechos Lago Rodríguez es quien decide administrativamente la salida de dinero de los fondos reservados bajo la firma del acta secreta correspondiente, aunque muchas de las operaciones que justificarían esos retiros jamás se habrían realizado. De hecho, son escasas las operaciones reales. Co su movida, todo el organismo quedaría bajo su control, dado que el segundo al mando formal, Señor 8 para la casa y para el Publio conocido como Diego Kravetz, sus acciones están a la baja.
La tensión estalló porque Neiffert se enteró de que los reportes sobre las presuntas comisiones del 3% vinculadas al caso ANDIS —que comprometían directamente a Karina Milei— habrían salido desde el entorno cercano de Santiago Caputo. Neiffert, movido por su propia supervivencia, le habría informado personalmente a la hermana presidencial. Ese gesto fue interpretado como una traición por Caputo, quien, muy “desbordado”, ordenó la maniobra que culminó en un violento cruce a los gritos en la residencia de Neiffert.
El episodio fue la solución improvisada por el llamado “Mago del Kremlin” (al parecer con la varita rota) ante la imposibilidad de designar a un nuevo jefe de inteligencia en pleno rediseño del gabinete y muy cuestionado tras las elecciones últimas. La SIDE, tal como adelantó Total News hace más de diez días, se encuentra virtualmente paralizada. Los subsecretarios y directores ya casi no asisten al edificio y, cuando lo hacen, es por pocas horas. El viernes pasado solo dos directores se encontraban presentes.
En medio de esta parálisis, cuando Lago Rodríguez está en el organismo cruza repetidamente a la Casa Rosada, donde ingresa directamente al despacho de Santiago Caputo. Paralelamente, fueron devueltos vehículos oficiales, gesto que en la jerga interna se interpreta como una señal de despedida.
Según los mentideros vernáculos, en el entorno presidencial evalúan esperar al 10 de diciembre —cuando asuman las nuevas cámaras legislativas— para completar los reemplazos del gabinete, aunque hoy ya se hicieron públicos los de seguridad y defensa, que serán ocupados por Alejandra Monteoliva y el General Carlos Albero Presti, actualmente jefe del Ejército.
Todo indica que Sergio Neiffert no continuaría como jefe de inteligencia y que tendría otro destino político. Su hombre de mayor confianza, el titular de ACUMAR, Lucas Figueras, tampoco aparece por la SIDE desde hace días. Figueras habría sido quien aconsejó a Neiffert “pegar el salto”. Proveniente del Chaco político de Jorge Capitanich, mantiene vínculos sólidos con el ex gobernador y en el kircch-peronismo.
La puja por el control de la SIDE refleja la batalla silenciosa pero feroz que se libra dentro de la estructura de poder nacional. Karina Milei y Santiago Caputo compiten abiertamente por la conducción de un organismo estratégico, cuyo control define no solo la inteligencia interna sino la arquitectura política del gobierno.
Neiffert llegó a La Libertad Avanza desde el peronismo del conurbano. Fue funcionario en Malvinas Argentinas bajo el exintendente Jesús Cariglino, socio del cuestionado barón Mario Ishii, quien históricamente intentó influir en los servicios de inteligencia. De Ishii se comenta -atención fiscales federales— su obsesión por monitorear comunicaciones ajenas mediante un equipo que estaría ubicado en un subsuelo municipal. Los hijos de Cariglino e Ishii, además, comparten un emprendimiento gastronómico de envergadura.
Total News había revelado en exclusiva el viaje de altos jefes de la SIDE a Bakú —financiado con fondos reservados— para ver la carrera del piloto Colapinto. Entre ellos viajó el propio Lago Rodríguez, ahora señalado como quien intentó desplazar a Neiffert. Ese antecedente complica aún más su posición: premiar con la Secretaría de Inteligencia a quien protagonizó un golpe interno y es señalado por el manejo opaco de fondos dejaría una marca indeleble en el organismo.
Hay un único antecedente comparable en la historia de la SIDE: en 1989, poco después de asumir Carlos Menem, el entonces jefe de la CNI, Carlos Cañón, intentó desconocer la autoridad del flamante secretario de Inteligencia, Juan Bautista “Tata” Yofre. La crisis terminó cuando un asesor de Yofre mantuvo una larga reunión, en el Café de Los Incas, ubicado a escasos metros de la CNI, con el coronel Banchero —hombre de confianza de Cañón—, quien reveló entre copas la estructura de apoyos internos en el gobierno. La información llegó a Menem, que actuó de inmediato: Cañón tuvo que renunciar “sin disparar un solo cañonazo”. ¿Ocurrirá algo parecido?
*En el universo de John le Carré, Control no es una oficina ni un ente abstracto: es el apodo personal y único del jefe máximo del MI6 (el «Circo»). Solo una persona lleva ese nombre en cada generación; cuando muere o es apartado, el título desaparece con él y su sucesor recibe otro alias distinto. En El topo, Control (John Hurt) es ese hombre: el jefe enfermo y paranoico que, tras el fiasco de Budapest, es forzado a renunciar junto a su lugarteniente George Smiley.
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