BUENOS AIRES, 3 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA-El presidente estadounidense Donald Trump endureció este martes su discurso contra el narcotráfico internacional y advirtió que cualquier país involucrado en el envío de drogas hacia territorio norteamericano “está sujeto a ataques”, una señal que extiende la amenaza militar más allá de Venezuela e incluye directamente a Colombia. Las declaraciones, lanzadas tras una reunión de gabinete en la Casa Blanca, profundizan la escalada regional abierta por la operación militar Lanza del Sur y anticipan un escenario de mayor tensión diplomática y militar en el continente.
En su mensaje, Trump afirmó haber recibido reportes sobre la producción y exportación de cocaína desde Colombia y sostuvo que ese país, al igual que otros que trafiquen estupefacientes hacia Estados Unidos, podría convertirse en objetivo de acciones armadas. “He oído que Colombia produce cocaína. Tienen plantas de fabricación, ¿de acuerdo? Y luego nos venden cocaína. Pero sí, cualquiera que haga eso y la venda a nuestro país está sujeto a ataques, no necesariamente solo Venezuela”, sentenció ante la prensa acreditada en Washington.
El mandatario reforzó que las operaciones contra los cárteles en territorio venezolano “comenzarán muy pronto”, al tiempo que insistió en señalar al régimen de Nicolás Maduro como epicentro del narcoterrorismo regional. Washington acusa al dictador venezolano de liderar el denominado Cártel de los Soles, catalogado por las agencias estadounidenses como una organización criminal de alcance continental.
El Pentágono había anticipado horas antes que la campaña antidrogas “apenas comienza” y que se intensificará en los próximos meses. Según datos oficiales difundidos este martes, la operación Lanza del Sur destruyó desde septiembre 21 embarcaciones sospechosas en el Caribe y el Pacífico oriental, dejando un saldo de 82 personas muertas, identificadas por el Departamento de Defensa como narcotraficantes. El despliegue naval incluye al portaaviones USS Gerald R. Ford, observado recientemente maniobrando cerca de las Islas Vírgenes estadounidenses, en una demostración de fuerza que no se veía en décadas.
El avance de la estrategia militar estadounidense mantiene en el centro del conflicto al espacio aéreo venezolano, ya declarado “totalmente cerrado” para pilotos civiles y aerolíneas comerciales por orden del comando militar norteamericano. Trump afirmó que es parte de una campaña destinada a “neutralizar la capacidad operativa” de los cárteles que, según su administración, operan bajo amparo del régimen chavista.
El presidente estadounidense amplió además sus críticas al gobierno de Gustavo Petro, a quien ya había tildado en octubre de “líder del narcotráfico”, en una acusación que motivó la suspensión temporal de asistencia norteamericana a Colombia. Petro respondió en su momento calificando a Trump como “grosero e ignorante con Colombia” y denunciando la operación militar como un acto de injerencia que vulnera la soberanía regional. También puso en duda la legalidad de ataques recientes en el Pacífico oriental, ejecutados —según Bogotá— dentro de su zona de influencia marítima.
Consultado por esas objeciones, Trump aseguró que Estados Unidos actúa en defensa propia: “Tenemos derecho a protegernos de la ola de drogas que los cárteles envían hacia nuestro territorio”.
El creciente riesgo de un escalamiento militar llevó al papa León XIV a intervenir públicamente. Desde Beirut, al cierre de su primera gira internacional como líder de la Iglesia católica, el pontífice exhortó a la Casa Blanca a “buscar maneras de diálogo, quizás presión económica, pero evitando la acción armada” como mecanismo para enfrentar la crisis regional. Su mensaje, emitido desde Medio Oriente, refleja la preocupación internacional ante la posibilidad de un conflicto abierto que involucre simultáneamente a Venezuela y Colombia.
La advertencia de Trump coloca nuevamente a América Latina en el centro de la agenda estratégica de Washington y anticipa un período marcado por mayores tensiones políticas, movimientos militares de gran escala y un deterioro acelerado del equilibrio diplomático regional.
Fuentes consultadas: medios internacionales; agencias oficiales de Estados Unidos; archivo TNA.

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