Buenos Aires, 19 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA-El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, dejó abierta la posibilidad de un enfrentamiento armado con la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, durante una entrevista con la cadena estadounidense NBC News, lo que profundiza una crisis diplomática y militar que ya moviliza fuerzas en la región y genera alarma internacional. La “opción militar” permanece sobre la mesa mientras Washington intensifica su presión económica y estratégica sobre Caracas en lo que califica como una lucha contra el “narcoterrorismo” y la corrupción del régimen chavista.
Trump afirmó con rotundidad que “no descarta” una guerra con Venezuela cuando fue consultado sobre un posible conflicto bélico entre ambas naciones, y respaldó su cartera de acciones, que incluyen el bloqueo de petroleros sancionados que entran y salen del territorio venezolano como parte de una campaña para asfixiar económicamente al gobierno de Maduro.
La estrategia de Washington ha escalado en las últimas semanas. El mandatario norteamericano ordenó un “bloqueo total y completo” a los buques petroleros sancionados vinculados a Venezuela y ha movido una considerable presencia militar hacia el sur del Caribe con buques de guerra y miles de efectivos, según reportes internacionales. El objetivo oficial, señaló Trump, es cortar la principal fuente de financiamiento del régimen chavista, que reside en sus exportaciones de petróleo, y detener lo que él describe como financiamiento de crimen transnacional y narcotráfico.
En los últimos días, Estados Unidos incautó un petrolero frente a las costas venezolanas, identificado por Washington como sancionado por transportar crudo relacionado con actividades ilícitas, un hecho que Caracas denunció como “actos de piratería” y una violación flagrante del derecho internacional. La detención de ese buque se suma a una serie de ataques a embarcaciones en el Mar Caribe y el Pacífico, que, según diversas fuentes, han causado la muerte de decenas de tripulantes señalados por la Casa Blanca como narcotraficantes o vinculados a grupos criminales. Wikipedia+1
La Casa Blanca ha justificado estas medidas como parte de su combate contra redes de narcotráfico y terrorismo, al tiempo que refuerza sanciones económicas a funcionarios chavistas y a sectores clave de la economía venezolana. No obstante, críticos dentro y fuera de Estados Unidos han cuestionado la legalidad de ciertas acciones, advirtiendo que un bloqueo naval tradicionalmente se considera un acto de guerra bajo el derecho internacional, y que Washington podría estar entrando en una escalada peligrosa sin mandato explícito del Congreso estadounidense.
El propio régimen de Maduro ha respondido con firmeza a la ofensiva estadounidense, rechazando las amenazas de Trump y ordenando a la Armada venezolana escoltar buques petroleros que desafían el bloqueo, en lo que significa una muestra de soberanía y un desafío directo a Washington. Esta decisión militar de Caracas incrementa la posibilidad de incidentes en alta mar que podrían derivar en un conflicto más amplio.
Trump, en su entrevista con NBC News, evitó confirmar si su intención final es la destitución de Maduro del poder, aunque afirmó que “Maduro sabe exactamente lo que quiero”, sugiriendo que la presión sobre Caracas apunta a un cambio de régimen tácito. Además, el mandatario norteamericano reiteró que habrá más incautaciones de petroleros si continúan operando en lo que Estados Unidos considera rutas vinculadas al régimen chavista o al narcotráfico internacional.
La escalada con Venezuela ocurre en un momento en que Estados Unidos enfrenta presiones internas y externas sobre el alcance de su política exterior. La administración de Trump ha sido criticada por usar herramientas militares y económicas sin el debido respaldo legal, y algunos legisladores han expresado su preocupación por un posible conflicto sin definición clara de objetivos militares o una estrategia de salida en caso de confrontación directa.
Por su parte, Venezuela ha denunciado repetidamente lo que considera intromisión y agresión por parte de Washington, acusando a Estados Unidos de buscar controlar sus vastas reservas de petróleo y recursos naturales bajo pretextos de lucha contra el narcotráfico. El gobierno de Maduro ha enfatizado su soberanía nacional y su rechazo a cualquier intervención extranjera, incluso elevando su preparación militar ante una posible confrontación.
Las tensiones entre Washington y Caracas, con la opción de un conflicto abierto ahora mencionada explícitamente por un presidente estadounidense, constituyen un punto de inflexión en las relaciones internacionales en la región. Organismos multilaterales y gobiernos de América Latina observan con inquietud este escenario, conscientes de que una confrontación directa entre dos estados con fuerzas militares considerables podría tener consecuencias estratégicas, económicas y humanitarias de gran envergadura.

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