Mientras inaugura un nuevo Centro de Investigaciones y Tratamiento Ocular (CITO), Homero Giles continúa acumulando una cuantiosa deuda con los prestadores, con el objetivo de enfrentarlos a los afiliados y hacer caja en un año electoral. Una apuesta de 8.000 millones de pesos.
La actualidad del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) pareciera montarse en base a varias realidades distintas. Por un lado, una crisis exorbitante sacude al organismo, arrastrándolo a una preocupante acumulación de deuda con los prestadores, que comenzaron a negarse a atender a los afiliados.
Por otro lado, el presidente del IOMA, Homero Giles, comenzó un extraño raid de inversiones multimillonarias para la instalación de nosocomios y centro de investigaciones propios, donde atender a los afiliados de la obra social, lo que provocó revuelo entre los profesionales que aún esperan el pago de sus honorarios. De hecho, recientemente IOMA inauguró la nueva sede del Centro de Investigaciones y Tratamiento Ocular (CITO), donde los afiliados deberán comenzar a atenderse en detrimento de su médico particular.
La realidad deja entrever los primeros trazos de un plan consistente en ahogar financieramente a los prestadores, especialmente al grupo compuesto por médicos, anestesiólogos y acompañantes terapéuticos, con el objetivo de que desistan de prestar servicios para IOMA y comiencen a cobrar de forma particular a los afiliados.
La falta de prestación confronta a los profesionales con los afiliados y el resultado final sería espaciar la recepción de facturas por parte de los prestadores, permitiéndole al instituto “hacer caja” de cara al año electoral.
Parte de esta estrategia se evidenció en los últimos meses, cuando a la falta de una regularización de las deudas se le sumó una paralización en los valores, arrastrando efectivamente a todos los prestadores a una situación general de ahogo financiero en plena cuarentena.
Mientras esto ocurre, el IOMA, de la mano de su presidente Homero Giles, continúa llevando adelante multimillonarias inversiones en centro de salud propios, cuyos detalles se ocultan en el marco de la emergencia sanitaria.
A pesar de asegurar no contar con dinero para poner al día las deudas, recientemente se anunció la existencia de un superávit de alrededor de 8.000 millones de pesos. En ese marco, de aprobarse en la Legislatura el artículo 66 de la ley de Presupuesto presentada por el gobierno provincial, Axel Kicillof podrá contabilizar como recurso propio el superávit del IOMA al cierre del ejercicio financiero, desnaturalizando de esta manera la finalidad médico asistencial de los aportes realizados a la obra social por los trabajadores del estado bonaerense.
Fuente Realpolitik