El gobierno de los Estaos Unidos muestra al mundo su decidido apoyo a la soberanía de Marruecos en sus provincias del Sur con acciones concretas y efectivas. Por el Dr. Adalberto C. Agozino
El 4 de diciembre pasado, el presidente Donald Trump, producto de hábiles negociaciones diplomáticas llevadas a cabo por su majestad el Rey Mohammed VI, firmó la proclamación 10126 que establece claramente que “los Estados Unidos reconocen que la totalidad del territorio del Sáhara Occidental es parte del Reino de Marruecos.”
En esta forma, los Estados Unidos se convierten en el primer país del mundo en reconocer y proclamar en forma explícita la soberanía del Reino de Marruecos sobre la totalidad del territorio sahariano en disputa desde el retiro de España de la zona.
Pero, el apoyo explicitó de Washington a Rabat no se ha limitado a una declaración diplomática formal sino que ha avanzado en la implementación de medidas concretas en este sentido.
El 10 de diciembre, la representante permanente de los Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas, embajadora Kelly Craft presentó una nota al Presidente del Consejo de Seguridad, señor Jerry Matthews Matjila, solicitando la difusión de la decisión del gobierno de su país sobre la cuestión de la soberanía marroquí sobre su Sáhara.
La misiva presentada por la embajadora Craft destacaba que la proclamación del gobierno estadounidense consagra la proposición marroquí de autonomía como “base única para la solución justa y duradera del diferendo.”
La presentación oficial de esta nota ante el Consejo de Seguridad es una toma de posición que envía un mensaje al resto de los integrantes del Consejo, en especial a sus otros miembros permanentes, sobre la firme decisión estadounidense de respaldar a Marruecos en la defensa de su soberanía sobre el Sáhara.
Más tarde, el 13 de diciembre, el embajador de los Estados Unidos en Rabat, David Fisher presentó oficialmente ante la cancillería marroquí el nuevo mapa del país magrebí aprobado por el Departamento de Estado y que incluye a la región sahariana como parte integrante del Reino de Marruecos.
Además, de estas medidas diplomáticas, la Administración Trump autorizó la venta a Marruecos de equipamiento militar por valor de mil millones de dólares.
El nuevo armamento que incorporaron las Fuerzas Armadas Reales incluyen cuatro drones MQ-9B Reaper con capacidad de portar armas y municiones guiadas por Láser, fabricados por General Atomics y un número no precisado de aviones de combate F-35, de última generación.
El Reino de Marruecos, con este nuevo equipamiento militar, podrá incrementar su capacidad de defender su soberanía sobre el Sáhara en cualquier circunstancia.
Por otra parte, el apoyo explícito y público de los Estados Unidos a la soberanía marroquí en el Sáhara ha alentado a otros país a concretar similares medidas de apoyo.
Los reinos árabes de Jordania y Baréin han decidido en los últimos días abrir también sus respectivos consulados en la ciudad de El Aaiún, ciudad que es capital administrativa de las provincias del Sur.
Estos acontecimientos recientes han sepultado la utópicas pretensiones de los separatistas del Frente Polisario de crear un Estado independiente en el Sáhara acorralándolos entre seguir languideciendo en sus paupérrimos campamentos argelinos o hacer un salto de realismo y negociar con Marruecos un estatuto de autonomía que traiga paz y reconciliación a la población saharaui y estabilidad al Magreb.
Todos estos avances en la solución del diferendo artificial en el Sáhara son producto de años de ardua labor diplomática llevada a cabo durante años por el Rey Mohammed VI, un auténtico estadista marroquí y africanos.