En Argentina hay una tradición iniciada el siglo pasado de casas de moda y modistas que confeccionaban ropa bajo el concepto de Haute Couture, una nomenclatura que es exclusiva y legal del sistema francés desde 1945. El motivo de nacionalizar una concepción francesa fue la costumbre de antaño de replicar los diseños originales y los mismos estilos como símbolo de la máxima distinción. Así como las comisionistas viajaban a París para entregar los pedidos de las argentinas, las maisons tenían representantes en Buenos Aires, como Jeanne Paquin, Jacques Doucet, Gabrielle Chanel y Christian Dior, pues aquí las damas se vestían de Alta Costura.
Es posible señalar los comienzos de la alta costura en Buenos Aires con Madame Paquin, una pionera de la elegancia moderna que tenía fervientes seguidoras en la clase alta porteña. El acervo del Victoria & Albert Museum conserva una serie de bocetos que remiten al verano de 1910 donde se señala que la colección tendría como destino a Buenos Aires. En la ciudad se fundaron grandes casas, como Henriette inaugurada por las hermanas Schwartz, y Bernarda, un atelier de tres pisos ubicado en Viamonte al 1600 donde se confeccionó el vestido que Eva Perón llevó al Vaticano durante la gira europea de 1947 y que tuvo como molde un vestido de Madame Gres. Así, mujeres al frente de casas legendarias acercaban París a Buenos Aires. Entre los creadores que se destacaban por sus estilos personales figuraban el veneciano Jacques Dorian, la austríaca Fridl Loos y la francesa Vanyna de War, una mujer referente para las generaciones siguientes. “Ella creó una mujer diferente en Buenos Aires, era muy distinta. Lo que otros hacían con gasas y satén, Vanyna lo resolvía con algodón y una particularidad: solo trabajaba con géneros nacionales. Era audaz y distinguida”, recuerda Hernán Fragnier, el modisto que a los 13 años comenzó a colaborar en el petit hotel de Jacques Dorian, siguió en la casa Greta, luego con Rosina Corradini y más tarde en Vanyna de War, unos pocos meses. “En Greta se aprendía la alta costura. Ella compraba las toiles en Dior, Balmain, Yves Sant Laurent, que era su preferido, Valentino, Givenchy. Ponía los moldes sobre la mesa y analizabamos los bocetos que nunca eran iguales a los originales”, dice del método aplicado en el atelier de Suipacha al 1300 donde trabajaban con una modelo de cabina. En 1986 lanzó Fragnier Couture, su propia etiqueta. Allí despuntó la tradición de la alta moda europea, métier que mantiene en la actualidad. “Hacé tu colección propia”, le dijo su madre y así fue el comienzo con un desfile en el Alvear. Fragnier atendía a las clientas en la suite 603 del hotel mientras que en la 235 y 236 cortaba y cosía las piezas. “Jacques Dorian fue mi maestro, Greta Markowic fue la mejor casa que trabajé porque era de un nivel – y la más cara de todas – y Rosina era una gran modista”, reflexiona sobre sus aprendizajes en la moda el modisto, quien también ocupó la presidencia de la Cámara de la Moda Argentina entre 2009 y 2017.
Cada período tuvo sus referentes en la confección con las técnicas couture francesas, como Gino Bogani, el modisto emblema de Argentina. Elsa Serrano habilitó un nicho en el mercado cuando se retiró del prêt-à-porter para hacer lo que ella destacó como “Alta Costura” a mediados de los 80. Las coordenadas podrían seguir con Jorge Ibañez, a principios de los 90, y Laurencio Adot. Luego Gabriel Lage, Fabián Zitta, Javier Saiach y Pía Carregal mantienen el hacer artesanal a partir del nuevo milenio.
¿Qué es Haute Couture?
El nacimiento de la Haute Couture está relacionado al inglés Charles Frederick Worth, un vendedor de textiles que en 1858 fundó la primera casa de Alta Costura en la rue de la Paix, en París. En Francia, la moda es parte del patrimonio y es el segundo sector más rentable, con un valor estimado de € 150 mil millones. Desde la época del Rey Luis XIV, el sistema comenzó a forjarse como una política de Estado con apoyo constante, que siguió con María Antonieta y su “Ministra de la Moda”, Rose Bertin. La alta costura se convirtió en sinónimo de París porque estaba organizada e institucionalizada. A mediados del Siglo XX comenzaron a regir normas: los miembros que puedan usar la nomenclatura deben ser aprobados cada año por una comisión de la Fédération de la Haute Couture et de la Mode, la organización de la industria de la moda francesa, bajo la supervisión del Ministerio de Industria: la moda en París es un tema de estado. Para formar parte es necesario confeccionar diseños originales creados para cada temporada y luego esos modelos sean personalizados a la medida de la clienta. De esa manera, el calendario que se celebra en enero y julio se compone por miembros oficiales, las maisons Dior, Chanel y Schiaparelli, por ejemplo. Giorgio Armani, Iris van Herpen y Valentino son miembros extranjeros y Elbar Elbaz, al frente de la flamante AZ Factory, el joven Charles de Vilmorin y el artista Sterling Ruby debutarán en calidad de invitados en las próximas colecciones Primavera / Verano 2021 a celebrarse entre el 25 y 28 de enero.
Lorena Pérez es editora de Bloc de Moda.
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por Lorena Pérez