La parálisis de Vaca Muerta genera preocupación en Neuquén y apremios para el Tesoro Nacional. Todo el gas que debía salir de esa formación está atrapado. Y se lo necesitaba de cara al invierno. Para reemplazarlo, habrá que recurrir a mayor nivel de importaciones. Las de gas líquido, que se pagan en dólares, más caras, en un contexto donde las reservas del Banco Central son escasas.
Desde agosto, los combustibles subieron un 60%. Entre diciembre de 2019 y agosto de 2020, las ideas de Guillermo Nielsen -el ex presidente- de subir los precios eran rechazadas por los ejecutivos nombrados por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la compañía.
Aunque Fernández de Kirchner mira todo el tablero de la economía, YPF es una de sus empresas predilectas. Sus alfiles en puestos ejecutivos festejaron la salida de Guillermo Nielsen (el economista que había acompañado al presidente Alberto Fernández en la campaña electoral) y su reemplazo por Pablo González. El ex vicegobernador de Santa Cruz es de extrema confianza de Máximo Kirchner y su tía, Alicia Kirchner, mandataria de Santa Cruz.
En mayo vendrán los nuevos cuadros tarifarios de gas (aumento del 6%) y distribución eléctrica (luz), estimada también en un 7%. Esos aumentos se pagarán en junio. El razonamiento del Gobierno es que todos los incrementos de combustibles ya se habrán concretado a fines de mayo. Luego, vendrán tarifas. Y ya no quedarían subas en el horizonte, al menos relacionada con la energía.
“El Gobierno, a través de Precios Máximos no me deja aumentar los precios al ritmo de la inflación. Pero mis costos logísticos, por ejemplo, de mover mercaderías y productos de un lado al otro, subieron un 60%”, se quejan los empresarios.
La refinación suele ser un negocio rentable para YPF. En el segundo trimestre de 2019, le generó ingresos netos por arriba de los $ 4.000 millones. En el mismo período de 2020, apenas alcanzó los $ 186 millones, lo que representa una caída del 85%. La pandemia golpeó fuerte a la petrolera, provocando una caída de las ventas del 70%, nunca vista en su historia.
Por las nuevas restricciones, YPF tendrá menos ventas. Aunque las pérdidas por menores volúmenes, se compensarán con mejores precios. Con respecto a 2020, la cantidad de litros que despache significará ingresos un 60% superiores a los del año pasado. La caja estará más cuidada que en 2020, donde las pérdidas superaron los US$ 1.000 millones.
La suba de los precios de YPF supera la apreciación del dólar al tipo de cambio oficial en el mismo período. Con el próximo aumento -en mayo-, habrán vuelto a la histórica relación de un dólar por cada litro de nafta súper.
Fuente Clarin