El canciller Felipe Solá y sus tres pares del Mercosur se sentaron este lunes cerca del mediodía frente a unas pantallas que transmitieron su encuentro virtual. Llegaron a este encuentro al menos con algunas cuestiones previamente conversadas previamente: debieron enfriar la presión que levantó la pelea personal entre los presidentes Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou, del 26 de marzo pasado, y todos conocían mutuamente la posición del resto, que no cambió desde la reunión de presidentes.
Sin embargo nada serio ocurrió puesto que, como no pudieron llegar a un acuerdo, volvieron a poner una fecha de reunión presencial para mayo. Y el protagonismo del encuentro se lo llevó un inesperado contrapunto entre el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, y el de Argentina, Martín Guzmán, entusiasmado con los bemoles de la política, ya que ahora opina y se mete en temas que no son de su estrecho fuero ligado a las negociaciones por la deuda externa. Así se lo vio en su viaje a Europa, hablando con inversores, negociando vacunas, metiéndose en temas de Energía, y ahora también levantando la voz suave y amable que lo caracteriza.
El blanco fue Guedes y el objeto del choque: sus puntos de vista ideológicos diferentes sobre Economía. Los cancilleres quedaron como “pintados”.
En la reunión de hoy que encabezaba Sola y estaban el uruguayo Bustillo, el brasileño Alberto Franco França, y el paraguayo Euclides Acevedo participaban los ministros de Economía, como Guedes y Guzmán, más lo de Agricultura.
A la hora en que le tocaba hablar, Guedes hizo una referencia a Adam Smith, uno de los mayores exponentes de la economía clásica y su obra más emblemática es La riqueza de las naciones, de 1776. Y dijo Guedes que como lo explicaba Smith, hay una mano invisible para ordenar.
La reunión de ministros era cerrada y fuentes oficiales señalan que al momento en que le tocó la palabra, Guzmán le contestó que esa mano “mano invisible es invisible porque no existe” Guedes entonces le contestó: “Nosotros conocemos muy bien a los economistas que cita el ministro Guzmán pero más de la mitad de los Premios Nobel los ganaron economistas de la universidad de Chicago”, que son liberales como el brasileño, quien en particular es profundamente crítico del Mercosur.
Guzmán tomó micrófono y replicó. Dijo que sin embargo, los países que mencionaba el brasileño entendían el valor fundamental de la integración comercial. “Todos los casos que está mencionando el ministro Guedes de desarrollos exitosos, en todos los casos, el Estado tuvo un rol muy importante desde las políticas económicas y las políticas productivas para poder transitar ese sendero virtuoso. El Estado contribuyendo a una economía de mercado que funcione mejor”.
Por si era poco, después del cruce que tuvieron, que no subió de volumen y no tuvo características de pelea sino de duelo intelectual, Guedes dijo que no le veía sentido a que en la próxima reunión estuvieran los ministros de Economía. A lo que también replicó Guzmán diciendo lo contrario, que se iba a invitar a todos los ministros de Economía del bloque a participar. Con Guzmán coincidieron los cancilleres y el resto de los ministros.
Más allá del espectáculo de este lunes entre los ministros, persisten las diferencias sobre el futuro del bloque, aunque ninguno de los países viene dando señales de romper sino de negociar.
Mientras que el Gobierno tiene una propuesta para bajar aranceles de manera gradual y sólo en sectores que no toquen a la industria, Brasil, Paraguay y Uruguay buscan no sólo disminuir el arancel externo común de manera más pronunciada en más sectores, sino que quieren acordar por escrito un compromiso para que los países puedan firmar acuerdos de comercio con terceros países sin esperar la decisión del conjunto tal como lo establece la normativa vigente a través de la decisión 32/00.
Este lunes, Argentina propuso un escalonamiento de aranceles y reducción del AEC en materias primas e insumos.
Uruguay avanza con su propuesta
La prensa uruguaya informó este lunes que el canciller Francisco Bustillo presentará una suerte de Plan de Negociaciones Externas para estos primeros meses del año que incluye conversaciones de comercio incluso con Estados Unidos, China y Reino Unido, todos temas sensibles para la Argentina, pero también difíciles de rechazar. Ese plan escalonado, señalaba este lunes el diario El Observador, estable “prioridades, objetivos y plazos a los efectos de acelerar y mejorar el acceso preferencial de la oferta exportable de los Entados Partes en terceros mercados”.
Los uruguayos afirman que evitarán hablar directamente de la decisión 32/2000 del Mercosur que prohíbe a los países firmar acuerdos con terceros países sino lo hace el Mercosur de manera conjunta pero habla de de aplicar “diferentes velocidades” a la negociación. Pero curiosamente esto proponía Argentina en sus inicios, pero las presiones descalabraron el nivel de entendimiento regional.
El pasado 26 de marzo, en una cumbre de presidentes del bloque que inicialmente era presencial en Buenos Aires, pero que el presidente argentino la pasó a virtual, Lacalle Pou llevó la voz cantante de los aperturistas y al reclamar la flexibilización del Mercosur con la posibilidad de ir a acuerdos -lo que quería dejar por escrito también en esa cumbre- dijo que el bloque no podía ser “un corset” ni un “lastre”. Fernández se ofendió y le contestó ahí mismo que el que quería abandonar “el barco” que lo hiciera. Y después en una entrevista de tevé consideró a Lacalle Pou destemplado, “fuera de lugar” y “agresivo”.
Argentina ya había protagonizado otros choques por los acuerdos de libre comercio que se venían negociando desde la administración de Mauricio Macri con Canadá, Corea del Sur, Líbano y Singapur, a los que el kirchnerismo le puso freno.
Fuente Clarin