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“Voy a poner el cuerpo a la campaña”, fue el mensaje de Axel Kicillof que un grupo de intendentes de la primera sección se llevó en los últimos días del encuentro que mantuvieron con el gobernador en La Plata. Escuchaba también Teresa García, la ministra de Gobierno bonaerense con base electoral en San Isidro y un buen conocimiento del conurbano, que lleva y trae entre Kicillof y los jefes comunales.
Sin un candidato definido, a pesar de las ganas de Victoria Tolosa Paz, impulsada por Enrique “Pepe” Albistur –Malena Galmarini ya avisó que no tiene intenciones de ser candidata, igual que Santiago Cafiero-, el oficialismo se propone imitar en ese sentido la estrategia bonaerense de Cambiemos en el 2017, que le permitió al PRO vencer ni más ni menos que a Cristina Kirchner: con la boleta, en ese caso de senadores, encabezada por Esteban Bullrich, la campaña estuvo copada íntegramente por María Eugenia Vidal. Paradójicamente, la dirigente que ahora le escapa a la Provincia para, tal vez, probar suerte en la Ciudad.
En ese escenario, el rol de Kicillof será casi tan crucial como el de Cristina Kirchner, que el pasado lunes ofreció, en el acto de La Plata, un anticipo del lugar que pretenderá ocupar en la carrera hacia septiembre y noviembre. Omnipresente, la vicepresidenta decide a su manera.
El gobernador Axel Kicillof con el ministro de SAlud, Daniel Gollán, al inaugurar la Unidad de Diagnóstico en Escobar.
En modo campaña, la atención del Gobierno está concentrada en particular en el Gran Buenos Aires, la principal obsesión de la ex Presidenta, la región en la que confluye el mayor caudal del voto duro del kirchnerismo.
Con esa hoja de ruta, el Frente de Todos en su versión bonaerense busca ajustar las tensiones internas para evitar caer en la puja descarnada que se apoderó de la oposición durante el último mes por el liderazgo del PRO entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.
En el oficialismo saben que, más allá de los postulantes, necesitan corregir dos variables para conseguir un triunfo de medio término: la campaña de vacunación y la economía. Sobre el primero confían que se encaminará con la llegada de vacunas. El segundo es una enorme incógnita.
Con ese objetivo, desde hace varios lunes que el gobernador recibe en su oficina a los principales socios y gerentes de la coalición de gobierno: Máximo Kirchner, Sergio Massa, Eduardo “Wado” de Pedro, Cafiero -en nombre de Alberto Fernández-, Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi. Se sumaron, en contadas ocasiones, algunos intendentes, como Martín Insaurralde, obnubilado con La Cámpora, y Fernando Espinoza.
En el encuentro de la semana pasada con Kicillof y García, los intendentes de la primera sección pidieron un lugar en esa mesa, con la excusa del peso electoral: argumentaron que en el 2019 aportaron medio millón de votos al trío Fernández-Kirchner-Kicillof. “Se va a ordenar, está todo encaminado“, confiaron desde el despacho de uno de los jefes comunales.
El presidente Alberto Fernández con Cristina Kirchner, Sergio Massa, Axel Kicillof, Jorge Ferraresi, Verónica Magario y Mario Secco. Apuestan todo a la Provincia.
Como publicó este diario, el modo campaña que atraviesa por completo a la coalición de gobierno obligó al Presidente a tratar de sacar de la modorra a buena parte de su gabinete, que, con escasísimas excepciones, mostró una pasividad notable durante la pandemia.
Fernández instruyó además a su jefe de Gabinete a que se ponga el traje de jefe de campaña, y dio el visto bueno para que Katopodis y De Pedro se encarguen de la política territorial.
En esa línea, el Gobierno busca además ordenar la comunicación oficial. El yerro presidencial de hace una semana y media en compañía del español Pedro Sánchez en el museo del bicentenario terminó de prender todas las alarmas en el Frente de Todos.
El traspié sobrevoló el último encuentro de la mesa de los lunes que se reúne semanalmente en el Centro Cultural Kirchner (CCK) y que aglutina a los principales jefes de comunicación de la coalición. Hernán Reibel, Rodrigo “Rodra” Rodríguez, Santiago “Patucho” Álvarez, Santiago Carreras y Rafael Graves por el cristinismo y La Cámpora; Juan Pablo Biondi, Marcelo Martin, Francisco Meritello y Javier Porta por Casa Rosada; Santiago García Vázquez en representación de Massa y Jesica Rey de Kicillof.
Un ámbito que se conformó allá por marzo para ajustar detalles del relato oficial aunque, por ahora, no tuvo el efecto deseado en el caso del Presidente. Buscan que sí lo tenga para la campaña. Hubo, incluso, tramos de tensión después de la puja por el rumbo de la economía cristalizada en el affaire entre Martín Guzmán y el subsecretario Federico Basualdo.
En el seno del oficialismo saben, de todos modos, que la comunicación se alinea siempre y cuando la política esté ordenada.
Fuente Clarin
