El cierre del complejo hotelero Torres de Manantiales, un emblema turístico de Mar del Plata, a causa de la pandemia, así como el de muchos otros hoteles en todo el país, reedita un clásico de las crisis: la cuantiosa pérdida de empleos en el sector.
Aún con la normativa vigente que impide los despidos y exige doble indemnización, la hotelería perdió 15.000 puestos de trabajo en el último año. Se trata de una crisis que es cinco veces más profunda respecto de cualquier otra atravesada por este sector.
“Nos llevó al menos 14 años generar esos 15.000 puestos de trabajo que se perdieron solamente en hotelería”, dice Roberto Amengual, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la Republica Argentina (AHT) Y agrega que la industria turística ya perdió 85.000 empleos. “En este contexto, no somos optimistas respecto de cuánto tiempo nos llevará volver a alcanzar este nivel de empleo formal”, dice.
Según el directivo, “el turismo genera 3 veces más empleo formal privado que el promedio de la industria: el porcentaje de formalidad en la hotelería es del 92%”.
Según datos del IERAL, en los últimos 8 años mientras el empleo privado creció 1,51% en total (un exiguo 0,2% por año); en el turismo creció 4,83% (0,68% por año): el empleo formal en hoteles creció el triple que en el resto del sector privado en los últimos 8 años. “Además, la hotelería impulsa la inserción de sectores de menor nivel educativo y los profesionaliza. En ese sentido es un gran motor de las economías regionales”, indican.
Según los datos que maneja la Federación de Empresarios Hoteleros y Gastronómicos (FEHGRA), ya son 2.800 los establecimientos hoteleros (desde hostels y bed & breakfast hasta hoteles de 5 estrellas) que cerraron con la pandemia en todo el país.
“Torres de manantiales es uno de los conocidos pero hay muchos que ni siquiera pueden cerrar porque no tienen con qué hacer frente a esa decisión y están a las espera de ver cómo salen de esta situación. No todos los hoteles pueden reconvertirse porque no tienen estructura”, describe Graciela Fresno, a cargo de esa federación.
Según la directiva, la gastronomía tiene un poco más de chances de sobrellevar la crisis mediante el delivery, el take away y el uso de los espacios al aire libre. En cambio, la hotelería no tiene manera de salir, señala. Actualmente, los hoteles reciben una ayuda del Estado via REPRO, una asignación de $ 22 mil mensuales por empleado.
Las inminentes vacaciones de invierno tampoco son un aliciente para el sector. El fin de semana largo pasado, la ciudad de Buenos Aires registró una ocupación hotelera del 4,5% en promedio. Una cifra que, a esta altura, solía llegar al 50%. Y en el Interior del país, pasa lo mismo, señala Fresno.
El cierre de los hoteles es la decisión más drástica que encuentran los empresarios del sector en este contexto. Una de las útimas noticias, en este sentido, provino de Mar del Plata, donde el tradicional complejo hotelero de Torres de Manantiales, propuso retiros voluntarios a sus 230 empleados y puso en alquiler sus departamentos.
Cierre en Sheraton, Amerian y Howard Johnson
También el Sheraton de la misma ciudad, administrado por una franquicia local, (Gotel Hotel Management) , debió bajar las persianas por la falta de huéspedes y de eventos corporativos. Y en Córdoba, uno de los hoteles de la cadena Amerian –que talla en el segmento de cuatro estrellas- debió cerrar por no poder cumplir con una ocupación mínima para que el negocio resulte rentable.
Desde la cadena Howard Johnson, que tiene 50 hoteles, su titular Alberto Albamonte describe la situación: “No puede ser peor, la actividad turística está en su peor momento debido a decisiones improvisadas” de los gobernantes, opina.
“El cierre de Torres de Manantiales nos llena de tristeza pero seguimos apostando al país y tenemos 10 en Argentina y uno en Paraguay que están por abrir”, cuenta. Además de otros 10 donde se están haciendo cambios en las instalaciones para cuando termine la pandemia.
Como consecuencia de la crisis, la cadena debió cerrar sus hoteles de Ramallo y de Luján, en la provincia de Buenos Aires. Y mantiene cerrados, en forma momentánea, 4 hoteles de los 9 que tiene en la ciudad de Córdoba y otro en Formosa.
Sin embargo, el empresario está convencido de que “no hay otra actividad económica que genere tantas fuentes de trabajo y divisas que es lo que necesita el país. Por eso, hubo hoteles que estuvieron o están “por debajo del punto de equilibrio (de la rentabilidad) y no se cierran porque no es fácil hacerlo“, dice.
Segun datos del IERAL, el año pasado cerró con una caída del 68% en el nivel de actividad turística, (se recibieron 32 turistas de cada 100 de los que se registraban pre-pandemia). Si se considera el período abril-diciembre del 2020 (mientras estuvieron vigentes las restricciones plenas), la caída fue del 93%.
Los viajeros hospedados entre febrero 2020 y febrero 2021 cayeron un 38,5%. En Mar del Plata, la caída fue del 62% interanual, y en CABA mucho mayor: 84%.
Datos más recientes del INDEC, muestran que en el acumulado de los primeros cinco meses de este año, la caída en recepción de turistas con relación al año pasado fue del 90,6%. Ezeiza y Aeroparque concentraron el 99,6% de los arribos, con una baja interanual de 89,6%.
NE
Fuente Clarin