Cristina Kirchner salió a cuestionar un artículo publicado por Clarín que fue su título principal este domingo en la que se refleja un achique de la clase media en la Ciudad. “Tapar el sol con las manos (o con desinformación + confusión)”, disparó la vicepresidente en su cuenta de Twitter, en donde colgó una foto del titular del diario que indica que “por la inflación y la caída del salario, hay menos porteños de clase media”.
El artículo de Ismael Bermúdez elaborado a partir de los datos de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires del primer trimestre de 2021 muestra que la clase media en ese distrito llegaba al 53,2% en 2015, pero que solo en seis años se redujo al 44,8%. “Son más de 300.000 personas que bajaron su nivel de vida por el deterioro de sus ingresos y el impacto de la recesión, que ya lleva una década”, se señala en la tapa del diario.
Esos indicadores, sin embargo, llamaron la atención de la expresidente. “Hoy la tapa de Clarín, leé atentamente lo subrayado y los circulitos, por favor. ¿2015, 6 años, una década?, las cuentas no cierran”, señaló en el primero de sus dos tuits, marcado una supuesta contradicción. Y en un segundo mensaje, publicó un informe del Banco Mundial del 2012, según el cual la clase media en Argentina aumentó de 9,3 millones a 18,6 entre 2003 y 2012.
La reacción de Cristina Kirchner revela una confusión de parte de ella. Por un lado, efectivamente, los datos de la Ciudad muestran que los sectores medios pasaron de registrar 1.976.000 personas en el primer trimestre de 2015 a 1.640.000 en igual período de 2021: un retroceso de 336.000 personas que en su mayoría pasó a engrosar los estratos inferiores en los el organismo porteño divide a la población porteña.
Se trata de los pobres, no pobres en “situación vulnerable” y clase media frágil, así definida porque “ante una eventual disminución del poder adquisitivo de los ingresos familiares, por ejemplo, por la suba de precios por encima de sus ingresos, o ante la pérdida del empleo o de ingreso de alguno de sus miembros, tienen una probabilidad alta de caer en los estratos más bajos”.
Para pertenecer a la clase media-media, hoy un hogar, además de ser propietario de su vivienda debe tener un ingreso mínimo de $ 99.683 y máximo de $ 318.988. Si supera ese monto, asciende a la categoría de “hogar acomodado”, según los parámetros de la dirección de estadísticas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Por otra parte, el artículo informa que en las últimas décadas – especialmente desde el Rodrigazo de 1975- el proceso de movilidad social ascendente se vio sacudido por la fuerte suba de precios, las recesiones, las devaluaciones, el creciente desempleo y la precariedad laboral y hasta la confiscación y pesificación de los ahorros, como sucedió en 2001/02.
Después de esa crisis, “el repunte económico posterior permitió cerrar algunas de esas heridas pero en los últimos años, de la mano de los ajustes, el estancamiento y la recesión, la extendida clase media vino descendiendo sin pausa varios escalones, engrosando la legión de los sectores frágiles, vulnerables o directamente pobres e indigentes”, señala la nota.
El tuit de Cristina Kirchner no hace mención a los últimos años de su mandato, posteriores al 2012. Justamente, cuando la economía y el mercado de trabajo se estancaron y la inflación se aceleró, impactando sobre la clase media. Ese proceso se agudizó a partir de la devaluación de fines de 2015 y la corrida cambiaria del 2018 y, luego, se profundizó con el inicio de la pandemia y las restricciones a la actividad por el Covid, agravando el cuadro social.
“De la extendida clase media, Argentina pasó a una realidad bien distinta, la que muestra hoy una extendida pobreza que golpea a más del 40% de la población (casi 20 millones). A la pérdida de ingresos, por la informalidad y el desempleo, un sector de la población también quedó fuera de la cobertura de la obra social o de la prepaga”, indica la nota de Bermúdez.
Lo más llamativo es que la vicepresidente tampoco dijo nada sobre el deterioro de la clase media desde fines del 2019, cuando asumió la fórmula que encabeza Alberto Fernández junto a ella. Sus tuits parecerían mostrar que su preocupación es blindar los años de su gestión -al menos hasta 2012- de cualquier responsabilidad por el actual deterioro de los indicadores sociales.
Fuente Clarin