El Gobierno decidió acelerar una de las definiciones que amenazaban con entorpecer la campaña y envió una fuerte señal en las últimas horas: no habrá default con el FMI y en septiembre se pagará el vencimiento de US$ 1.880 millones con parte de los US$ 4.350 millones que recibirá la Argentina en las próximas semanas por la reasignación de derechos especiales de giro (DEG).
“Se supone que los DEG van a llegar hacia fines de agosto o septiembre, quizás parte se use para cancelar al menos el primer vencimiento”, confirmaron fuentes oficiales. De esa forma, se busca “tranquilizar” a la economía – un lema recurrente del ministro de Economía, Martín Guzmán- en medio de un escenario de fuertes presiones cambiarias.
La decisión representa un giro respecto del proyecto de declaración impulsado en mayo por Oscar Parrilli en el Senado, que solicitaba a Guzmán, el uso de los DEG para atender la pandemia. Y contrasta con la carta del 25 de mayo en la que un sector del oficialismo propuso suspender pagos por capital e intereses con el FMI y el Club de París mientras se extienda la emergencia sanitaria.
Esas proclamas nunca pasaron de lo simbólico. Pero después de la suba imparable del blue que lo catapultó a $185 y puso en duda la estabilidad del tipo de cambio previo a las PASO de septiembre, Cristina Kirchner aprovechó el fin de semana pasado un acto de lanzamiento de candidatos del Frente de Todos para despejar la incertidumbre.
“Anoche (por el viernes) Alberto me decía que en unos días van a ingresar los Derechos de Giro. El FMI decidió entregarle dólares a los países por los estragos de la pandemia. Nosotros no vamos a poder porque en el 2018, después de que en el 2015 tuviéramos un país sin deuda, ahora debemos 45 mil millones de dólares al FMI, además de los 70 mil que se reestructuró la deuda el año pasado”, señaló la vicepresidente.
Su gesto coincidió con el acuerdo alcanzado en los días previos entre Axel Kicillof y GoldenTree Asset Management, un importante acreedor de la Provincia, para salir del default. Y fue seguido de otras señales dentro del oficialismo. El ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, le dijo a Clarín el fin de semana que apoya un acuerdo que sea “razonable y pagable”.
La definición se precipitó después del voto de Guzmán de la semana pasada a favor de que los DEG fortalezcan las reservas de los países miembro del Fondo. Esos activos servirán ahora para pagar el vencimiento de capital de septiembre y quizás el de diciembre por otros US$ 1.880 millones. Además, vencen US$ 345 millones de intereses en agosto y US$ 370 millones en noviembre.
Pero el refuerzo no alcanzará para cubrir los pagos del primer trimestre del 2022 por US$ 3.582 millones. Por ello, los especialistas creen que la medida permitirá seguir negociando hasta marzo, el plazo previsto para acordar un programa con el Fondo según lo convenido con el Club de París, cuyos acreedores recibirán este miércoles un primer pago US$ 230 millones.
“El impacto previsible es que sea favorable para las expectativas porque el gobierno despeja una incógnita. Además, si se prolongaba la situación se complicaba con el club de París”, dijo Ricardo Carciofi, ex director por Argentina ante el BID en Washington. La fuerte caída de los bonos argentinos y el riesgo país de más de 1.600 puntos tampoco ayudaban a bajar las expectativas de default. Con esta decisión, ya no habrá dudas.
“No creo que el gobierno haya considerado seriamente la posibilidad de entrar en default con el FMI, menos aún antes de las elecciones”, dijo Héctor Torres, exrepresentante argentino ante el organismo. Y agregó: “Postergar el acuerdo con el FMI hasta después de las elecciones nos impide usar los DEGs para financiar gastos vinculados con la pandemia, es lamentable que hayamos perdido tanto tiempo”.
Otros economistas sostienen que el uso de los DEG podría contribuir a estabilizar la economía en un segundo semestre en el que se esperan menores ingresos de dólares por la cosecha de soja y el abandono del ajuste fiscal. “Me parece correcto, muestra cierta prudencia de no tratar de gastar esos derechos especiales de giro en gastos corriente, podría traer algo de calma”, dijo Guido Lorenzo, director de LCG.
Para el fundador de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, el kirchnerismo envió dos señales destinadas a aquietar las aguas turbulentas del mercado paralelo. “El arreglo de Kicillof por el default de la Provincia y los dichos de Cristina de no usar los DEG para la situación social son dos señales claras que buscan mostrar cierta racionalidad porque se necesita estabilidad cambiaria en las elecciones”, sostuvo el economista.
Fuente Clarin