Por Darío Rosatti
Protocolo de seguridad de la Casa Militar imposibilita que el Presidente no supiera del festejo de su “querida Fabiola” y una operación de ICIA.
El que tal vez ya sea el escandalo más duro que debe sobrellevar el presidente de la nación, se debate hoy por la aparición de las fotos del cumpleaños que en los primeros momentos fue negada su existencia, tanto por el Jefe de Gabinete como por el mismo presidente Fernández. Luego y ya en forma de papelón, debieron reconocer la falta y violación del propio decreto que había firmado el presidente y su jefe de gabinete.
Como principal argumento en esas primeras aciagas horas, se adujo desde el gobierno, que el agasajo de cumpleaños había sido sorpresivo y que el presidente se enteró al llegar.
Esta sería la primera falsedad (en este caso) en la que incurre el jefe de estado y sus voceros.
El protocolo de la Casa Militar es claro al respecto, dado que en principio, no recibe órdenes de nadie que no se el Presidente de La Republica o vía el Secretario General de la Presidencia, en este caso el Dr Julio Vitobello, un hombre muy cercano y amigo del jefe de estado.
Tampoco es posible recibir invitados en Olivos, sin la adecuada antelación, dado que deben enviarse los nombres completos y DNI de los invitaos con el tiempo suficiente que permita obtener los antecedentes personales y penales de cada uno de ellos, que luego son sometidos a un exhaustivo análisis. El único que puede suscribir y autorizar a la Casa Militar tales invitaciones es el Presidente en forma directa o vía el Dr Vitobello. Es entonces cuando el Jefe de la Casa Militar, a cargo del Coronel Alejandro Guglielmi recibe las instrucciones pertinentes.
Es así que a raíz de esta autorización, la Casa Militar debe reforzar la guardia personal del Presidente, del ingreso a la residencia, e inclusive los refuerzos médicos, dado que se contempla la posible indisposición de algunos de los invitados, nada entonces es casual o de último momento, ni se deja ninguna previsión de lado.
Por lo tanto, este evento de cumpleaños, tuvo al menos una semana de organización, donde hubo de preverse también, la contratación del servicio de catering.
La interna mete la cola y se arma flor de Galleta:
Un oficial de inteligencia de Ejército se monta sobre la foto de Fabiola Yáñez con la intención de lograr cambiar al jefe de la casa militar. Para ello filtran el falso rumor sobre la “responsabilidad del Coronel Guglielmi.
Las investigaciones desatadas por la AFI, a solicitud del presidente Fernández, tras la aparición de las fotos de la injuria, dieron rápidamente con las huellas dejadas por un oficial jefe de inteligencia con asiento en Campo de Mayo que tiene mucho que ver con el subtítulo que encabeza este párrafo.
El oficial, cuenta la leyenda, debía quedar bien con un mandante y hacer fuera desplazado el Jefe de la Casa Militar y de lograrse esto, podría coronar con un sueño, obtener el destino de agregado militar en España o Francia.
Objetivo no logrado:
La Casa Militar es un destino apetecido por cualquier militar, este le permite contacto estrecho e íntimo con el Presidente y comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y su familia. Es estar en las entrañas de palacio.
El oficial designado allí sin duda debe poseer un legajo impecable, así como valores morales y profesionales especiales.
Estas movidas lograrían, que un Coronel de Inteligencia, (promoción 123) desde el 2017 en mismo destino, obtuviera sus palmas de General, dado que el oficial de Campo de Mayo utilizaba la supuesta “influencia o llegada” a Nilda Garré, Jorge Castro y Oscar Parrilli y gracias a ello había llegado al destino en la gran guarnición militar donde cumple funciones. Urgía lograr lo prometido dado que muchas incorporaciones como personal civil de (PCI) habían sido realizadas a su pedido.
Cabe destacar que para poder operar directamente con el Coronel con apetencias a General, debió lograr enviar a su superior inmediato a Paraguay. Así con la “nave pétrea” podrían ambos llegar a destino.
Por ello, el Teniente Coronel Agustín Rodríguez, (promoción 119) quien estratégicamente fuera escondido, en su momento, como jefe de seguridad en la Casa de la Moneda.
Rodríguez mantiene una fuerte relación de amistad y profesional con el General Milani, con el que suele compartir copas y charlar largas horas. De haber prosperado la “operación” podría haber llegado a ocupar el lugar del actual jefe de la casa militar.
Cabe destacar que la “fábrica de billetes” no es un destino militar y en el organigrama figura como Señor y no con el grado militar. Entonces, es lógico colegir que no se presentaba a cumplir servicio en su destino militar.
Teléfono para Taiana.