Por Pablo de León
Todos enojados. Ese es el estado de ánimo en el Frente de Todos. En el tramo final hacia las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, los principales caciques de la coalición gobernante están coléricos. Tras un cierre de listas que dejó heridos -y que mantiene a prueba a las cabezas de lista porteña y bonaerense, Leandro Santoro y Victoria Tolosa Paz, hasta conocerse su performance electoral-, los sucesos que se vivieron en la última quincena en los alrededores de Alberto Ángel Fernández mantienen a todos y todas prendidos fuego.
Los enconos son varios y de recelos cruzados: el Presidente está enojado con rumores sobre ideas de algunos de sus socios electorales de cómo manejar la administración nacional después de diciembre, cuando el resultado electoral ya esté puesto. ¿Por eso habrá versado sobre la palabra “Traición” cuando dio un discurso en Tecnópolis? ¿Considerará una traición la especie de la creación de un súper ministerio para los próximos dos años, como algunos le asignan a Sergio Tomás Massa, con el economista Martín Redrado en un rol estelar? Tal vez de eso hayan hablado en el almuerzo de este último martes en Casa Rosada.
Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa encabezaron un acto del Frente de Todos en Isla Maciel, Avellaneda. Foto: Presidencia
El que no está enojado pero sí preocupado es Wado De Pedro. El poderoso ministro del Interior bajó la cabeza, en el mencionado acto en Tecnópolis, cuando Alberto dijo que no era un “títere” como algunos lo llaman. Son varios los que creen que el Presidente debe fugar para adelante y dejar de contestar a los editorialistas que lo critican. Alberto está enojado con muchos periodistas; pero también con algunos de sus funcionarios. “No sé qué hace en todo el día”, rezongó días atrás sobre un secretario de Estado al que le llueven críticas de los propios.
Que la vicepresidenta esté enojada no extrañaría a nadie. Pero la relación entre Alberto y Cristina Kirchner es intensa pero no está suspendida ni rota. Muestra de eso fue, que luego de un día de muchas reuniones, Fernández de Kirchner se fue del Instituto Patria -el último jueves- y partió del búnker K derecho a la Residencia Presidencial de Olivos para una larga reunión con el Presidente.
Cristina Kirchner en el plenario del Frente de Todos en La Plata
En las cabezas de los dos anida una idea sobre la que tienen visiones distintas: un cambio de Gabinete para después de diciembre. El propio Presidente se lo ha confiado a gente muy cercana: “Voy a hacer cambios en el Gabinete en diciembre”, se sinceró. Pero habrá que hurgar más para saber si allí hay coincidencias en nombres y perfiles, tanto con Cristina como con Máximo Kirchner, el cada día más influyente cacique de La Cámpora.
Los ministros también están incómodos: “Parece que tuviéramos la estrategia oculta de perder por poquito”, se encolerizó un fiel funcionario de Alberto cuando repasaba los dichos del mandatario sobre la maestra gritona de La Matanza, los dichos de Sabrina Frederic (con poco futuro en el Gabinete) sobre Suiza y la metáfora sexual de Tolosa Paz. Cuánta agitación…
El presidente Alberto Fernández en el partido bonaerense de Quilmes. Foto Presidencia de la Nación
Máximo, mínimo
Volviendo al hijo de Néstor y Cristina. alguien lo escuchó rezongar hace pocos días: “Ahora hay que ganar, después vemos lo demás”, dijo y sonó a que una mezcla de enojo con la marcha de la campaña se mixtura con pensamientos sobre el camino que le quedará al kirchnerismo en los dos años finales de mandato de Alberto Fernández.
Quienes impulsan a Máximo para jugar más fuerte y proyectarse políticamente en el futuro inmediato, dicen que el joven cuarentón debe salir de su guarida política, dejar de hablarle solo a los propios e incondicionales y mostrarse aún en lugares incómodos. “Debería pensar que Perón comenzó a construir lo suyo desde la Secretaría de Trabajo. Desde ahí, comenzó a construir todo lo que consiguió”, analiza un hombre que suele hablar con el parco miembro del clan K. Una mujer que lo conoce mucho asegura: “Máximo tiene un don que es de la paciencia”. ¿Paciencia para qué? Misterio…
Máximo Kirchner culpando a los medios de comunicación por el diputado baleado en Corrientes
Ex amigo
Donde también hay un sentimiento parecido al enojo es en el vínculo de Horacio Rodríguez Larreta con Alberto Fernández. De aquella frase de “mi amigo Horacio” a este presente ha sucedido mucho: tanto como que hace 8 meses que no hablan. Se cruzaron en algún suceso (como en el aniversario de la UBA) pero ya no hay más diálogo.
Han habido intermediarios que intentaron acercar posiciones desde Olivos. Pero en el edificio de la Jefatura de Gobierno de la calle Uspallata partió la frase matadora de “Horacio”: “No le creo más”. Bronca larretista…
Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta.
Fuente Clarin