
“Estar con Marlon era emocionante. Era un hombre extraordinario en muchos aspectos, pero también era una mala persona”, señala Moreno. Y añade que, en aquellos años, ella era el blanco perfecto para un abusador como él: “Yo era un auténtico felpudo”.
Rita Moreno ha dado más detalles, como la forma en la que Brando trataba de encubrir sus numerosas mentiras. “Yo le decía: ‘Marlon, mírame’. Y él me ponía esa sonrisa de comemierda. Podía leerle como un libro abierto: esa era la razón por la que me quería, y también la de que me maltratara de tantas maneras”.
La situación llegó a extremos tan insostenibles que Moreno trató de poner fin a su propia vida. “Yo no entendía que, si trataba de matar a la Rita patética, triste y pisoteada, el resto de Rita iba a irse conmigo”, explica. “De verdad que no lo entendía. Pero eso era de lo que iba aquel intento”.
Tras la ruptura, Moreno y Brando volvieron a trabajar juntos en La noche del día siguiente (1969). Algo que él aprovechó para reanudar su amorío. Pero, concluye Moreno, ella ya estaba casada, y él había cambiado mucho: “Había perdido una gran parte de sí mismo, creo. Su parte buena, el Marlon bueno al que amaba Rita. Era muy complicado. Muy, muy complicado”.