Periodista: ¿Cómo surgió la obra?
Mariano Stolkiner: Queríamos trabajar juntos con Raquel Ameri sobre la temática y convocamos a Natalia Villamil para la escritura, ya que se dedicó muchos años a asistir a mujeres violentadas. Entonces apareció la imagen de la madre de un femicida y las contradicciones de criar al monstruo. La autora trajo el texto y le dio una nueva vuelta de tuerca. Se plantea también cómo la sociedad relativiza ese dolor, como si esa madre no tuviera derecho a sufrir la pérdida de un hijo violento y asesino. Se la estigmatiza como si fuera responsable por el hijo.
P.: ¿El público no huye a temas tan duros?
M.S.: Las obras no pueden medirse sólo por ser livianas o duras, depende de cómo estén realizadas. Sé que esta obra es dura y que muchos dirán ´no quiero ver un bajón´ pero hay mucho más. El teatro no se puede pensar sólo como dialéctica de lo dicho, se construye por lo dicho y lo no dicho.
P.: ¿La obra tiene mayor efecto en mujeres?
M.S.: No, porque el papel materno está muy presente en vida de los hombres y desde ese lugar hay algo que los golpea fuerte. Cuando aparece la madre sufriendo ese maltrato machista hay algo de la masculinidad que empieza a tensionar con la obra.
P.: Como en su obra anterior, hay mucha estridencia y rock. ¿Qué buscó?
M.S.: El mundo del rock estuvo presente desde las primeras charlas para ubicar a ese hijo en un marco, y se eligió el del rock nacional. En todas mis obras la música y sonorización son fundamentales. Busco generar una dramaturgia escénica donde todos los elementos entren en relación y mantengan el grado cero de atención del público. Casi como un régisseur, pienso cuál es la matemática que hace que esa música ingrese en determinado momento.
P.: ¿Qué implicó recibir el premio del CTBA de 500 mil pesos?
M.S.: Fue fundamental, aunque la obra se hubiera hecho de todas maneras. Para el independiente, que tenemos que salir a buscar recursos escasos, este dinero hace que la obra tenga todo lo que merece. Arrancar el trabajo sabiendo que tiene cierto presupuesto ayuda a expandir las ideas, sin preocupación por pensar de dónde sale la plata.
P.: Se reunió con Diego Berardo del Centro Cultural San Martín, ¿qué proyectan?
M.S.: Que las obras que se estrenen en el Cultural San Martín, con temporadas acotadas, se puedan continuar en El extranjero, y viceversa. Eso le permite a la compañía un recorrido mayor y al mismo tiempo generar una obra bajo una circunstancia favorable de más semanas en cartel.
P.: ¿Qué puede decir del teatro comercial?
M.S.: Los lineamientos para el comercial son diferentes empezando porque los 500 mil de presupuesto que tuve para mi obra son lo que tiene que recaudar una función del comercial para que sea redituable. Entonces quienes producen ponen en juego otros capitales y tienen que apelar a fórmulas. No me parece mal, yo lo haría con un teatro en calle Corrientes. Celebro lo del teatro independiente en el Met. O El Picadero con apuestas arriesgadas.