Por Daniel Romero
Mientras Putin tiene al mundo en vilo, al tiempo que destruye Ucrania, occidente no reacciona como debiera, Pareciera que la saga de libros y luego películas de espionaje del “John Le Carre” que dio vida al famoso James Bond, hubieran tomado cuerpo y se hiciera realidad alguna de las amenazas de satánicos personajes dispuestos a dominar el plantea.
Putin tiene al mundo bajo amenaza nuclear y EE.UU y la OTAN, responden con sanciones que el dictador evadirá gracias a la negativa de naciones como China, estados del golfo y India e incluso la empobrecida Argentina que no se sumaran.
Petróleo y gas son el armamento de disuasión más poderoso contra quien está llevando al mundo al borde de la extinción.
No comprenden las naciones “sancionadoras” que la caída de Ucrania será solo el primer paso para el nuevo Zar. Vladimir Putin demostró ya que no se puede creer en su palabra, aseguro mil y una vez que no estaba dispuesto a invadir Ucrania y solo ejercitaba a su ejército. Se comprometió a liberar un corredor humanitario y sigue atacando y mintió también cuando decía que no atacaba blancos civiles o ciudades, acuso a Ucrania de ser nazis, cuando el mismo y sus actitudes demuestran ser su reencarnación, todos lo vimos.
Putin busca partir Ucrania al medio y la línea divisoria será el Rio Dniéper y todo lo que esta del margen oriental seria apropiada. Esa es la estrategia para tener acceso directo y rápido a aguas cálidas, algo de suma importancia para Rusia que le daría acceso al Mediterráneo. Para eso es esta invasión.
Las naciones democráticas que impusieron las sanciones, que son duras, pero no suficientes, dejaron fuera de ellas a dos bancos rusos que son por los que giran los fondos de su petróleo y gas. Fuente dineraria que el autócrata utilizara para seguir asesinando en Ucrania, y luego…
Hoy día EE.UU es el mayor productor de gas y petróleo del mundo y cuenta a su vez con las mayores e incalculables reservas. Incrementar su producción y vender a Europa debería ser prioridad mientras las energías alternativas hacen su aporte para salir de la trampa que Rusia tendió hace años a Alemania y resto de la UE, con la provisión de gas y petróleo a precios más que razonables. Por otro lado, difícilmente Arabia Saudita, dueña de una de las mayores reservas, se niegue a un acuerdo con Europa y Estados Unidos.
Cada día que el mundo permanece bajo amenaza, significan más crímenes de guerra, que dada la tibieza demostrada, nunca serán condenados en los tribunales internacionales. ¿Quién haría cumplir esas posibles sentencias?
Todos sabemos que acariciar a una serpiente no evitara que esta nos inocule su veneno.
Los planes de Putin se van cumpliendo, tal vez con mayor lentitud que sus servicios de inteligencia y Generales y el mismo predijeron, gracias a la gallardía y determinación del Presidente Zelenski y heroísmo de sus Fuerzas Armadas y población, que no dan respiro a las tropas invasoras, causándoles hasta el momento, más de diez mil muertos.
Mayor determinación occidental, sin duda alentaría a los propios ciudadanos rusos que no aceptan la guerra y quieren vivir en una verdadera democracia, no la actual fantochada que tiene en prisión a políticos opositores, o muertos como fue la suerte de muchos.
¿Alguien cree que el ataque a la planta de energía nuclear de Zaporiya fue un error?
Fue la amenaza más brutal y directa del heredero de Stalin contra Europa, la destrucción hubiera significado un daño seis veces mayor a la causada en Chernóbil y habría hecho colapsar a la EU. Esa es la foto que exhibió a Europa.
El primer triunfo zarista fue el temor que generó en Italia, donde se asegura que seguir proveyendo armamento a Ucrania podría disparar la furia de Putin y una amenaza nuclear. Los terroristas generan terror, es su arma.
Hasta la fecha, las naciones que sufrieron amenazas terroristas, nunca negociaron con estos. No es momento de cambiar doctrinas.