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En tanto, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que logró 21,7%, se quedó a las puertas de la segunda vuelta. Su caudal electoral podría dividirse en un “voto republicano” favorable a Macron en el balotaje y uno de tipo social, expresión de la preocupación que genera el aumento de los precios de los alimentos y la energía por la guerra en Ucrania, que podría confluir en Marine Le Pen. En qué proporciones lo haga puede ser el factor decisivo.
“Nada está decidido”, dijo anoche el mandatario.
Por otra parte, quien al comienzo de la campaña electoral había asomado como la posible sorpresa, Eric Zemmor, un hombre ubicado aun más a la derecha que Le Pen, terminó en cuarto lugar con 7%, deshilachado por su supuesta afinidad con el presidente ruso Vladímir Putin. Anoche llamó a sus seguidores a votar por esa candidata en dos semanas.
Mientras, postulantes menores de izquierda y derecha dieron su respaldo a Macron.
Apatía
La votación, celebrada tras una campaña marcada por la invasión rusa de Ucrania, agudizó el declive iniciado en 2017 de los partidos tradicionales, el Socialista y Los Republicanos, derecha, que lograban 1,7% y 4,8%, respectivamente.
Todo ello en un contexto de mayor abstención. La participación resultó más de 4 puntos porcentuales menos que la de 2017.
Las encuestas sobre el balotaje previas a la votación de ayer mostraban un crecimiento de la ultraderechista, que en los últimos años ha moderado su lenguaje, pero no sus propuestas de fondo. Uno de esos sondeos llegó a reducir la ventaja del jefe de Estado a solo 51-49%, dentro del margen de error muestral.
Los franceses tendrán ahora en sus manos escoger qué rumbo toma el país hasta 2027, una decisión que podría implicar un cambio en las alianzas internacionales de esta potencia nuclear y económica si Marine Le Pen sale elegida.
Diferencias
La candidata de Agrupación Nacional (RN), de 53 años, propone abandonar el comando integrado de la OTAN, que fija la estrategia militar de la Alianza, y su elección asestaría otro revés a la Unión Europea tras la reeleción del húngaro Víktor Orban.
Macron, su rival de La República en Marcha (LREM), de 44 años, apuesta por continuar su impulso europeísta y reformista con el que llegó al poder y aboga así por reforzar la autonomía militar de la UE, pero dentro de la OTAN.
La coyuntura internacional no es, sin embargo, la principal preocupación de los franceses. La pérdida de poder adquisitivo es desde hace meses la principal inquietud, agudizada por el alza de la energía tras la guerra en Ucrania.
Marine Le Pen apuesta así por presentarse por la defensora del poder adquisitivo y de las clases populares para capitalizar el descontento con “el presidente de los ricos”, tendencia que quedó reflejada en la protesta de los “chalecos amarillos” en 2018 y 2019.
El programa de la heredera del Frente Nacional (FN) propone rebajar el IVA de combustibles, gas y electricidad del 20% al 5,5%, eximir del impuesto de las Ganancias a los menores de 30 años y duplicar las ayudas a las madres solas, entre otras medidas.
Forma y fondo
Aunque Le Pen suavizó su discurso para parecer menos radical, sus planes también incluyen las propuestas tradicionales de la ultraderecha: ayudas sociales solo para franceses, expulsión de inmigrantes ilegales y prohibición del velo islámico en público, entre otras.
Pese a esa imagen más moderada, Macron intenta resucitar el miedo al “peligro extremista”, cargando contra su rival que, en su opinión, “miente” a sus electores y tiene en el fondo una propuesta racista.
El mandatario centrista, cuyo gobierno adoptó desde finales de 2021 medidas para limitar el alza del precio de la electricidad para empresas y hogares y compensar el aumento de la inflación, busca tomar en su segundo mandato un perfil más liberal.
Su propuesta estrella pasa por retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 65 años. Además, propone rebajar los impuestos de las empresas en casi 11.000 millones de dólares, el “renacimiento” de la energía nuclear y aumentar la jubilación mínima.
Juega a su favor que la ventaja lograda ayer fue algo mayor que la pronosticada. También que la economía rebotó 7% el año pasado, más que revirtiendo la caída de 5,5% de 2020. Asimismo, que el crecimiento este año sería de 4% .
El desempleo, en tanto, ya es inferior al de 2019 y cayó por debajo del 8% el año pasado. La inflación, antes de la crisis en Ucrania, cerró el 2021 en 2,8% anual, aunque trepó a 4,5% interanual en marzo.
Sin embargo, los expertos dudan si el cordón sanitario en torno a la extrema derecha funcionará el domingo 24 igual que lo hizo en 2017 y 2002. Para el director de la Fundación Jean-Jaurès, Gilles Finchelstein, el tradicional “frente republicano” no bastaría para aislar a Le Pen.
Fuente Ambito
