
La Aduana argentina remitió una alerta a su par española donde indicaba la posibilidad de que en ese contenedor hubiera material sospechoso de narcotráfico.
La inspección se hizo en Algeciras, España, una de las escalas intermedias que tenía el buque hasta su arribo final en Sevilla.
La alarma transmitida se despertó en la Aduana argentina al constatar diferencia de peso entre lo declarada en Paraguay por la empresa exportadora y la verificada por las autoridades aduaneras en la terminal Sud del puerto de Buenos Aires.
El Servicio de Vigilancia Aduanera de España encontró escondidos entre la carga del contenedor más de 500 paquetes con un kilo de cocaína cada uno, en panes envueltos con un plástico con un logo que decía “Japón” y la bandera de ese país.
Esta investigación se suma a la que la Aduana realizó en conjunto con la Policía Federal Argentina y la Guardia Civil Española en la que se desbarató una organización de siete personas que pretendía ingresar en Europa 71 kilogramos de cocaína ocultos en una casa rodante.
En este caso, también el puntapié surgió de una requisa de agentes aduaneros junto con canes en el puerto de Zárate, durante el cual se descubrió la droga en la casilla antes de su carga en el buque.
Finalmente y tras un recorrido de más de un mes, se concretó la entrega vigilada en Valencia. En simultáneo, se realizaron 12 allanamientos en la Ciudad de Buenos Aires y otras localidades bonaerenses, y se detuvieron a los siete miembros de la organización, cuatro de ellos en España y tres en Argentina.
Fuente Ambito

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