
En la Alemania comunista se estaba desarrollando la inteligencia artificial antes que en los Estados Unidos (después la Unión Soviética ordenó que se dejara eso de lado, que había cosas más importantes). Dos científicos y amigos trabajaban en eso. Cuando uno de ellos, Andreas, planea fugarse al mundo capitalista, el otro lo denuncia a la policía secreta, y es apresado. Al tiempo vuelven a trabajar juntos. Andreas era demasiado valioso para continuar preso. Cuando Andreas muere su hija busca saber qué sucedió con el encarcelamiento de su padre y va a ver a su más querido colega para que le ayude a saber lo ocurrido. Esa visita perturba al traidor, lo llena de remordimientos. Quiere creer que delatándolo le hizo el bien, lo ayudó a tener una vida feliz. Piensa que se aprovechó de Andreas, que gracias a sus aptitudes logró llegar a director del departamento de investigación y ser el jefe de su amigo, que fue apenas un segundo porque no apoyaba la lucha de clases.