Mientras iban en formación por la Ruta 3, en La Matanza, chocaron contra el guardarraíl y cayeron, sin intervención de otros vehículos; sus compañeros dicen que estaban agotados por la recarga de horas de servicio; se concentraron en la base Ezeiza del Grupo de Patrulla Motorizada
Las muertes de dos oficiales que chocaron contra el guardarraíl y cayeron a la calzada cuando iban en formación con otros agentes en moto en la ruta 3, en La Matanza, derivó en una fuerte protesta cuya magnitud podría aumentar de un momento a otro. Ahora, decenas de efectivos bonaerenses están acuartelados en la sede del Grupo de Patrulla Motorizada (GPM) de Ezeiza. Afirman que los efectivos fallecidos estaban prácticamente sin dormir, con una importante recarga de servicios en las 48 horas previas.
La tragedia encendió otros reclamos. No solo por las condiciones de trabajo, sino porque los aumentos que les prometieron no llegan. Y la bronca se hacía patente en los intercambios entre uniformados: responsabilizan a sus superiores por las trágicas muertes de los oficiales Daniel Ramírez y Osvaldo López. Las fuertes críticas alcanzaban al comisario inspector Héctor Russo y al superintendente Walter Chucaloni, luego de que les bajaran la directiva de “la superioridad” de no hacer alusión a través de WhatsApp u otras redes sociales al “accidente que tuvieron los compañeros” y les permitieran solo “poner cinta de luto”. Y apuntaban más alto: al jefe de la fuerza, Daniel Alberto García, y al ministro del ministro de seguridad Sergio Berni.
Los efectivos anunciaron un “acuartelamiento en el GPM de Ezeiza” y agregaron que “están invitados los demás efectivos, familiares, retirados y amigos que se acerquen a apoyar”. También convocan a una concentración en la puerta de la sede de la Caja de Retiros, Jubilaciones y Pensiones de las Policías de la Provincia de Buenos Aires “en reclamo de mejoras salariales y al pago de los aumentos anunciados y que esté gobierno no cumplió.