El juez Casanello procesó a 10 empresarios y financistas que participaron de la operación y los embargó por $2500 millones. Por Hernán Cappiello
Con el empresario Lázaro Báez acusado de corrupción y detenido, y su empresa Austral Construcciones en quiebra y sin posibilidad de disponer de fondos, su grupo económico se valió de una maquinaria de lavado de dinero negro conformada por “cuevas financieras” por donde circularon cerca de 200 millones de pesos .
La maniobra se completaba con una red de “empresas de papel” dirigidas por cuidacoches, jardineros, pintores, albañiles, indigentes, analfabetos, alcohólicos y hasta un enfermo con un derrame cerebral que aparecen transfiriendo decenas de millones de pesos. Los engañaron a cambio de unos pocos pesos o haciéndoles firmar documentos con la promesa de recibir un trabajo o un “plan social”.
Así surge de una resolución de 127 carillas donde el juez federal Sebastián Casanello procesó a 10 empresarios y financistas y los embargó hasta la fabulosa suma de 2500 millones de pesos en total sobre sus bienes y los de sus empresas ligadas a las maniobras de lavado, según el magistrado.
El fallo, que es un manual de blanqueo de fondos, incluye la historia de la legislación argentina contra este delito y da cuenta de las transferencias documentadas. Casanello procesó, sin prisión preventiva, a Cristina González, Guillermo Greppi, Gastón Bequet, Iván Sandez, Cintia Fabiana Encina, Claudia Lara, Guillermo Encina, Marcelo Martínez, Nicolás Di Primo y Verónica Zapata.
Las empresas embargadas son Recasur, Baku, Pernik SA, Groen Logística, Estudio Tauro, Ancona, International Freight Company y Karnika Porteña SRL.
De acuerdo con la investigación del juez, volcada en la sentencia a la que accedió LA NACION, Báez utilizó de una estructura internacional para el lavado de dinero con cuentas en Suiza, que se están juzgando en la causa conocida como “La ruta del dinero K”.
Pero, en paralelo, señala la sentencia, el empresario se valió de “sociedades sin actividad comercial (algunas de ellas creadas usando a personas altamente vulnerables para su constitución) a través de las cuales, mediante la simulación de operaciones comerciales, se habría intentado justificar la inyección de dinero de procedencia ilícita a las empresas del grupo Báez”.
Esta “maquinaria de lavado”, que en este caso prestó servicios a los Báez, es parte de las estructuras permanentes de “cuevas” que favorecen estas maniobras a quien las contrate.
La maniobra de blanqueo se realizaba en seis pasos:
- El grupo contaba con dinero negro, generado en la corrupción y la evasión.
- Canalizaba ese dinero en efectivo en “cuevas financieras”.
- Utilizó la empresa M&P, del grupo Báez, y la colocó en medio, entre las cuevas y Austral Construcciones SA mediante la firma de tres convenios de gestión de cobranzas. Es decir que la empresa M&P supuestamente había contratado para que hiciera los cobros de Austral.
- Transferencia de dinero desde las cuentas de estas supuestas “cuevas financieras” a las cuentas de M&P del Grupo Báez en el Banco Nación.
- Se simuló una operación comercial para justificar el movimiento de los fondos.
- La familia Báez se hacía con el dinero blanqueado transferido a la cuenta de su empresa.
El juez destaca que en este caso el modus operandi era “la utilización de personas altamente vulnerables como prestanombres a fin de constituir sociedades que luego serán empleadas para la comisión de delitos económicos”.
Así, la gran mayoría de las sociedades clientes de Austral Construcciones, Kank y Costilla y la Sucesión Adelmo Biancalani (todas empresas de Báez) han sido calificadas por la AFIP como “usinas de facturación apócrifa sin capacidad económica”, sin empleados o bienes y no fueron localizadas en sus domicilios. “De ello puede concluirse que fueron utilizadas para el lavado de dinero negro que detentaba Lázaro Antonio Báez y que los aquí imputados intervinieron en ese proceso de blanqueo a través de su participación concreta en dichas sociedades”, dice el fallo.
La maniobra fue posible porque la organización se valió de “hombres de paja”, es decir terceras personas en la constitución de las firmas investigadas -que luego fueron usadas para lavar dinero- con el fin de ocultar al verdadero dueño. Una cosa es identificar el uso de ese mecanismo y otra distinta es probarlo. “En este caso pudo probarse holgadamente”, dice el juez sobre las empresas Siembra y Comercialización de Granos, Proydesa, Dereli, Xhoris, Baku, Pernik, Estudio Tauro, Groen Logística, Export Ancona, International Freigth Co.
Trapitos, analfabetos, alcohólicos y un paciente con ACV
- El caso más evidente es el de Lorenzo Antonio González de Xhoris, una persona que se gana la vida cuidando coches y vivía junto a sus padres, pero constituyó una sociedad que transfirió más de 5.500.000 pesos solo en esta investigación. Cuando el juzgado empezó a investigar a las empresas Groen Logística, Estudio Tauro Export Ancona e International Freight Company, se presentaron los engañados. “Fueron utilizados por los organizadores de la maniobra para ocultarse detrás de ellos”, escribió el juez. Todos los prestanombres usados son testigos en la causa, no imputados.
- Enrique Esteban Pedroza, vive en San Francisco Solano, en Quilmes con su hija, su yerno y su nieto en una casa prefabricada de madera y techo de chapa con dos habitaciones y cocina comedor sobre una calle de tierra en zona inundable. El baño se encuentra afuera de la casa. Pedroza hizo hasta tercer grado y se reconoce como analfabeto. No sabe leer, ni escribir. Reconoce los números, pero no puede realizar operaciones matemáticas, por lo cual en su vida necesita ayuda de su familia. Trabajó como podador, carga y descarga, ayudante de albañil y ahora colabora en un merendero comunitario de una cooperativa donde cobrea 8500 pesos. Su perfil difícilmente le permitan transferir 8.000.000 de pesos mediante Estudio Tauro, junto con Claudia Lara, procesada.
- Julio Raymundo González tiene problemas para recordar fechas o acontecimientos. Su hermana tuvo que ayudarlo a contestar las preguntas de los investigadores. Con 62 años, y la primera completa se dedicaba la construcción de veredas, pero sufrió de un ACV por lo que está de licencia. Vive con su madre de 83 años, con su hermano de 55 años -que también sufrió un ACV y tiene problemas motrices- y con su hermana. Comenzó a trabajar a los 14 años de canillita, trabajó en una feria y luego en la construcción, en la realización de veredas. Cobra la mitad del sueldo por la licencia y su madre 13.000 pesos de jubilación. Su perfil no cuadra con el de un lavador profesional que blanqueó casi 3.500.000 de pesos a través de International Freight Company SA.
- Carlos Vicente Acosta, un indigente sin educación y con “un temprano compromiso con el consumo excesivo de bebidas alcohólicas”. Acosta convive con su madre en Villa Ballester, en una vivienda sobre terrenos fiscales construida por su padre y su hermano a 15 cuadras del centro. Realizaba trabajos de jardinería o como pintor de obra. Trabajó desde los 11 años en una carnicería, en un supermercado, tornero, en una fábrica textil, en la construcción, pero su problema con el alcohol le hizo dejar todos los empleos. Llegó borracho a la escribanía donde le hicieron firmar a cambio de unos pocos pesos. Su perfil no coincide con el de una persona que pueda lavar casi 15.000.000 de pesos mediante Estudio Tauro y Export Ancona).
- Mirta Florentina Duarte dijo que no terminó la primaria y trabajaba junto a su hija recolectando cosas de la calle para luego venderlas en una feria. Cuando vivía en Claypole una persona se le acercó, le prometió un plan social, le pidió que firmara unos papeles y le dio 200 pesos; al poco tiempo volvió y le entregó la misma suma sin motivo. Duarte tampoco es una persona con los conocimientos para lavar más de 5.863.000 de pesos mediante Groen Logística.
- José Luis Osvaldo Carbonell, albañil enfermo de hepatitis C pero sin poder tratarse, contó que trabajaba en una de Villa Ballester, y se le acercó una persona que le prometió un plan social y a cambio le hizo firmar unos papeles. Se reunieron en una estación de servicio y firmó. Le dieron durante 4 meses 300 pesos cada mes. Tampoco posee un perfil compatible con un lavador profesional que blanqueó 3.450.000 pesos mediante International Freight Co.
El juez los sobreseyó a todos, pues se abusaron de su ignorancia y aceptaron no solo por haber sido engañados sino por la necesidad que los apremiaba.
La Nación