“Valoramos poder salir a hacer algo distinto después de estar nueves meses encerrados”, coincidieron Juan y Daniela que se movilizaron desde el barrio porteño de Mataderos hasta la localidad bonaerense de Villa Martelli para ser parte de los cientos de personas que participaron de “Reencuentros Cuidados”, el ciclo científico cultural con el que Tecnópolis reabrió este miércoles y hasta el 16 de febrero sus puertas.
Acompañada también por su hijo Bastian, quien lucía orgulloso su traje del Hombre araña, Daniela sostuvo ante Télam que “está perfecto que reabran este lugar. Lo necesitábamos para poder tomar un poco de aire y ver shows en vivo”.
Bajo estrictos protocolos sanitarios para la prevención del coronavirus, el parque temático que administra el Ministerio de Cultura recibió a los cientos de visitantes con un grupo de artistas circenses que oficiaron de anfitriones y coreaban los nombres del público a los gritos y entre carcajadas generalizadas.
El público fue ingresando al predio en grupos de dos o tres, mientras que los acomodadores los acompañaban hasta sus asientos y les indicaban el uso de alcohol en gel en las manos.
“Es la cuarta vez que venimos a Tecnópolis, siempre lo pudimos recorrer porque es muy grande pero esta vez nos toca estar sentados”, se lamentaron, aunque entendiendo las razones sanitarias, reconocieron Juan y Daniela.
Luis y Carolina, amigos y ambos procedentes de la localidad bonaerense de San Miguel, dijeron a Télam que es la primera vez que visitaron el parque temático, y se mostraron “muy contentos” de poder tener su primera salida a ver un show.
“Siempre estoy buscando salidas culturales, el arte es fundamental y un motor para mi vida”, aseguró Carolina.
“La industria (cultural) necesita que desde el público los acompañemos después de este año tan duro”, agregó sobre la situación de los trabajadores de la cultura.
Mientras el atardecer caía detrás del escenario, la gente sentada en las reposeras disfrutaba de los shows que incluyó un cuarteto de cuerdas, una charla de Darío Sztajnszrajber y el cierre de la Bersuit Vergarabat.
Los visitantes debieron pedir comida a los food trucks a través de mensajes o escanear un código QR para no merodear por el predio.
Blanca llegó a Tecnópolis desde Moreno con sus hijos Gonzalo y Paloma, su hermana María y su sobrino Franco, aunque, por causa del protocolo, tuvieron que sentarse en “burbujas” separadas.
“Estoy fascinada con la reapertura. Somos muy fanáticos del parque, venimos siempre que podemos”, contó Blanca.
“Es raro tener que ver el show sentados, estamos acostumbrados a entrar acá y recorrer todo”, agregó mientras se servía un mate.
Por los altoparlantes se recordó periódicamente al público todas las medidas sanitarias entre los shows para mantener el protocolo y resguardar la seguridad.
Alfonsina, de 14 años y oriunda de Munro, asistió a la reapertura con su amiga Guadalupe de 15, que vive en Villa Martelli.
“Desde los 4 años que vengo, me traía mi mamá. Me gusta este parque porque siempre hay algo divertido para hacer”, afirmó Alfonsina, y agregó que quiso venir al acto “por curiosidad”.
“En toda la pandemia no pude ir a ver bandas ni nada así que esta es una gran oportunidad”, aseveró Guadalupe.
“Me encanta la ciencia y también la música y acá se junta todo, por eso me interesa tanto”, concluyó la joven de Munro.