“Volví a tener un revólver en mi cabeza”, dijo Carolina Píparo (44), después de declarar durante casi cinco horas por el ataque de motochorros que sufrió y el incidente vial que protagonizó su esposo, Ignacio Buzali (47), con dos motociclistas, en la madrugada del 1° de enero en La Plata.
La diputada provincial fue citada como testigo por la fiscal N° 17 de La Plata, Eugenia Di Lorenzo, que le preguntó a Píparo específicamente por el robo que sufrió frente a la casa de sus suegros, previo a la persecución que derivó en el choque con una moto. Es que el expediente quedó dividido en dos causas, una que investiga el asalto y otra las “lesiones leves” que sufrieron los dos motociclistas, según informaron fuentes del caso a Télam.
“La fiscal me tomó toda la declaración. En principio creo que con toda la cuestión de varios medios y muchas redes se perdió el foco. Acá hubo dos focos. El primero es que seis delincuentes, teniendo a dos varones a la misma distancia, eligieron atacar a una mujer. Volví a tener un revólver en mi cabeza”, dijo Píparo al salir de la Fiscalía N° 17, minutos antes de las 22.
Píparo llegó al Ministerio Público Fiscal de La Plata alrededor de las 17, acompañada por sus abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola, los mismos que la defendieron en 2010 cuando fue víctima de los motochorros durante una salidera bancaria, también en La Plata, cuando estaba embarazada de 9 meses. Por ese hecho, tuvo un parto forzoso y su bebé Isidro murió una semana después.
Carolina Píparo, tras salir de declarar. Foto Mauricio Nievas
“Y el segundo hecho (por el incidente vial), yo ya lo conté. La fiscal está investigando el primero para dar con los delincuentes y está investigando el accidente que tuvimos en el marco de sentirnos en peligro de vida. Jamás quisimos que nadie termine lastimado. Yo declaré como víctima del robo y creo en calidad de testigo en el accidente posterior y lo que pasó toda la noche. Le dije a la doctora que quedo a disposición”, agregó Píparo ante los periodistas que la aguardaban afuera de la fiscalía.
En cuanto a la investigación por el asalto, todavía no se sabe nada de los seis motochorros armados que le robaron la cartera y el celular a Píparo, y con los que después el matrimonio se habría cruzado cuando iba camino a la comisaría 1° de La Plata a hacer la denuncia.
En esa persecución ocurrió el siniestro vial en el que Buzali, quien iba al volante del Fiat 500L negro, chocó con una moto tripulada por dos jóvenes. El esposo de la diputada todavía no fue citado a declarar. Según dijeron fuentes judiciales a Télam, la fiscal Di Lorenzo está recopilando elementos para determinar las circunstancias en las que ocurrió el choque en las calles 31 y 18. En ese sentido, deberá decidir si le cabe alguna imputación o no.
Fernando Burlando, antes de la declaración de Píparo este miércoles en La Plata. Foto Mauricio Nievas.
Más temprano declaró ante la fiscal Di Lorenzo el comisario Julio Del Lago, titular de la seccional 1°, a la que Buzali y Píparo fueron después del siniestro vial y donde le hicieron la extracción de sangre al conductor para saber si había consumido alcohol.
Rodolfo Baqué, uno de los tres abogados que defiende a los motociclistas, dijo que le preguntaron al comisario “si Píparo, por estar a cargo del área de Asistencia a las Víctimas (del municipio) le había preguntado cómo estaban las víctimas (atropelladas), si había llamado al SAME, o si comentó que había personas heridas, y dijo que no, que Píparo no le dijo nada de eso”.
Según la versión de Baqué, Del Lago declaró que llegó cerca de las 4 del 1 de enero a Plaza Moreno, donde habían parado Buzali y Píparo en un control policial en el que también estaba el secretario de Seguridad de La Plata, Daniel Ganduglia.
Pero el relato del comisario, siempre según los dichos de Baqué, no coincide con el testimonio de Píparo, que dijo que desde un primer momento avisaron que habían chocado con una moto.
El Fiat 500 que conducía el marido de Carolina Píparo, detenido frente a Plaza Moreno.
“Nosotros en todo momento nos sentimos en peligro de vida y, ni bien nos sentimos a salvo, dijimos que habíamos tenido un accidente que queríamos saber cómo estaban las personas. Hoy los policias declararon en ese sentido. Yo durante tres horas nunca deje de preguntar”, dijo la diputada sobre lo que ocurrió esa madrugada.
”El mismo policía al verme tan desesperada y que ningún hospital lo atendía, a las 5 va a recorrer hospitales y vuelve a las 6, diciéndome que una persona no había requerido asistencia médica y que la otra sí, que había tenido un corte y que ya estaba en su casa”, añadió.
Consultada sobre la versión divulgada por el abogado Martín De Vargas sobre que ella y su marido habían estado vomitando en la comisaría, tras lo cual había quedado olor a alcohol, Píparo respondió: ”Ninguno de los dos vomitó. Estábamos los dos muy preocupados y muy nerviosos porque durante tres horas no supimos cómo estaban estas personas. Mi marido pidió ir al baño, la cadena no andaba y pidió un balde para poder tirar agua”.
El abogado Martín De Vargas, que representa a uno de los motociclistas, antes de ingresar a la fiscalía. Foto Mauricio Nievas.
El asalto y la doble persecución se desencadenaron a la 1.40 del viernes 1° cuando la diputada provincial de Juntos por el Cambio estaba en el asiento del acompañante de su auto, frente a la casa de sus suegros, en 47 entre 15 y 16. En ese instante aparecieron seis ladrones en tres motos, al menos dos de ellos armados. Uno apuntó a Buzali con un revólver y el otro le dio un culatazo a la ventanilla de Píparo para exigirle la cartera y el celular.
Los motochorros escaparon con las pertenencias de la diputada y la mujer llamó al 911 varias veces. También una vecina, según el propio relato de la víctima. Recién a las 2, un patrullero llegó a la puerta de la casa de los suegros. Los policías labraron un acta y le indicaron al matrimonio que fueran a hacer la denuncia a la comisaría 1°.
En el camino a la seccional, Buzali y Píparo vieron a las motos que los asaltaron y comenzaron a seguirlos. La mujer volvió a llamar al 911 para pasarle la ubicación de los sospechosos a la Policía. Parte de la secuencia quedó registrada por las cámaras de seguridad municipales.
De acuerdo al relato de Píparo, a las tres motos iniciales se les sumaron otras dos y, en calle 21 entre 38 y 39, se sintieron “encerrados” y, al intentar escapar, chocaron con uno de los vehículos. Ahí comenzó una segunda persecución, esta vez de las motos al Fiat 500L.
Todo terminó cuando el matrimonio paró en un control policial para pedir ayuda y avisar de lo ocurrido. Por el siniestro vial se abrió una causa por “lesiones leves” contra Buzali, mientras que los motochorros que atacaron a Píparo todavía no fueron identificados ni detenidos.
Carolina Píparo ya había sido víctima de los motochorros cuando en 2010 la balearon durante una salidera bancaria, también en La Plata. En aquel momento la mujer estaba embarazada de 9 meses y, producto del ataque, tuvo que ser sometida a un parto forzoso y su hijo, Isidro, murió una semana después de nacer.
EMJ
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