Un auto robado tiene tres destinos posibles: se usa para cometer otros delitos y después se descarta, se convierte en “mellizo” o termina desguazado para abastecer el mercado de las autopartes ilegales. Así, los negocios que venden repuestos truchos terminan siendo el último eslabón de la cadena de la inseguridad.
Como política para combatir el modo automotor más allá de la prevención, en la Ciudad aumentaron los controles a los negocios que venden repuestos. El resultado fue que el año pasado se secuestraron un 64,4% más de autopartes ilegales que en 2019, según señalaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño a Clarín.
En total, se incautaron 312.474 piezas por un valor estimado de 3,5 millones de dólares. En 2019 habían sido 190.004 piezas.
Los procedimientos también fueron más que el año anterior. Hubo 94 frente a 85, como parte del Programa de Lucha contra la Comercialización de Autopartes Ilegales que depende de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana.
El operativo más importante de 2020 fue en un negocio de Warnes al 1400 donde se incautaron más de 200 mil repuestos truchos.
“Las autopartes ilícitas secuestradas están manchadas con sangre, ya que son producto del robo automotor, muchos de ellos realizados con armas de fuego. Nuestra política es atacar la economía del robo automotor. Si atacás las autopartes ilegales, atacás una parte de la economía del delito”, dijo a Clarín el subsecretario de Seguridad Ciudadana porteño, Juan Pablo Sassano. El funcionario dijo que “una gran parte de estos delitos se realiza para vender autopartes” pero aclaró que también hay robos de autos “para cometer otros delitos”.
El robo de autos fue una de las versiones de la inseguridad más vistas durante la pandemia. Así lo reflejó Clarín en un informe publicado en noviembre pasado. No obstante, en el Ministerio de Justicia porteño resaltaron que este delito se redujo en más de un 50 por ciento durante el 2020. En pocos días estará publicado el Mapa del Delito con los datos actualizados.
Las cifras oficiales muestran un descenso sostenido desde enero de 2018 en Capital. Los hurtos de auto bajaron el 46,2 % entre enero y octubre de 2020 (2090 hechos) en comparación con el mismo periodo de 2019 (3888 hechos). Y los robos de auto sufrieron una caída del 56 %: mientras que en los primeros diez meses del año pasado hubo 1253 casos, este año se registraron 555. El mes con menos casos fue abril, en el que hubo apenas 4 robos.
Pero, ¿cómo se abastece el mercado ilegal de autopartes? Fuentes policiales aseguraron que cerca del 80 por ciento de los repuestos provienen de robos realizados en la provincia de Buenos Aires.
La mayoría de las autopartes ilegales provienen de desarmaderos truchos en el Conurbano bonaerense.
La conclusión surge de las investigaciones realizadas por la División Sustracciones de Automotores de la Policía de la Ciudad. Según explicaron los voceros, al rastrear las piezas detectaron que “la mayoría de las autopartes tenía pedido de captura por robos en la Provincia, donde también funcionan los desguazaderos”.
Los investigadores también advierten que la oferta de repuestos sin papeles es cada vez mayor en Internet sobre todo en algunas provincias del interior desde donde se distribuyen al resto del país.
De acuerdo a las cifras a las que accedió Clarín, hasta octubre del año pasado se robaron 25.011 autos en la Provincia, la mitad de ellos en asaltos a mano armada. La cifra total representaba un 30 por ciento menos que en 2019, por efecto de la pandemia.
La calle Warnes, en Chacarita, es un clásico a la hora de buscar repuestos y accesorios para vehículos. Y en la gran cantidad de comercios habilitados, siempre están los que aprovechan para filtrar piezas truchas.
En esa zona tuvo lugar el operativo más importante del año pasado en la Ciudad. El 10 de noviembre, la División Sustracción Automotores junto a la brigada de la Comisaría Comunal 15 allanaron un negocio de Warnes al 1400 y encontró más de 209 mil piezas valuadas en 2 millones de dólares. También se detuvo a dos hombres de 63 y 38 años y a una mujer de 47.
Las puertas, capot y baúl son algunas de las piezas más buscadas en el mercado ilegal y por eso es obligatorio grabarlas.
Solamente ese operativo, solicitado por el fiscal Miguel Kessler y ordenado por el juez Norberto Circo, significó dos tercios de las incautaciones de 2020 en la Ciudad.
El resto de las inspecciones que hubo durante el año fueron en otros comercios de Chacarita, Barracas, Villa Crespo, Parque Patricios y La Boca y contaron con la participación de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) y la sección Lucha contra la Comercialización de Autopartes Ilegales de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana.
Además de las robadas, también son ilegales las autopartes que no tienen la oblea del Registro Único de Desarmaderos de Automóviles y Actividades Conexas (Rudad), el organismo que fiscaliza que los repuestos sean de origen legal y que lleva el registro de los negocios habilitados por la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad Automotor (DNRPA).
“Para poder identificar las autopartes ilícitas y diferenciarlas de las autopartes legítimas implementamos el grabado de las seis autopartes más robadas. Ese grabado nos permite saber si es tal autoparte es legal”, dijo Sassano.
La ley también prohíbe vender repuestos usados que pertenecen a los sistemas de seguridad de los vehículos como frenos, amortiguadores o neumáticos, salvo que tengan la Certificación de Homologación de Autopartes de Seguridad (CHAS), que expide el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
En todos los casos que hubo autorización judicial, los productos incautados fueron compactados y vendidos como chatarra y la recaudación fue donada a la Fundación del Hospital de Niños Garrahan. Como antecedente, el año pasado se compactaron 80 mil autopartes secuestradas en allanamientos y dejaron una suma de 8 millones para la fundación. Esa iniciativa se suma a la compactación de las motos y autos secuestrados en la Ciudad y que no son reclamadas por sus dueños.
GL
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