Un joven de 28 años, conocido como el “Viudo Negro”, fue condenado este martes a ocho años de prisión por drogar con somníferos y robarle a 34 hombres con las que había concertado citas a través de distintas apps y redes sociales.
Los hechos sucedieron entre febrero de 2015 y mayo de 2019 en la Capital Federal. A los que no lograba dormir con somníferos, los amenazaba con un cuchillo. El joven ya se encontraba detenido desde 2019.
La pena dictada por el juez Gabriel Vega, del Tribunal Oral en l Criminal y Correccional (TOC) 7, recayó sobre Matías Quiroga (28), quien fue condenado por 34 hechos, de los cuales 32 se trataron de robos simples y los dos casos restantes por el delito de robo con armas.
Uno de los perfiles que utilizaba el joven condenado.
De acuerdo a lo informado por www.fiscales.gob.ar, el juez Vega coincidió en su pena con el pedido realizado por la Fiscalía General 7 -a cargo de Oscar Ciruzzi, y representada por la auxiliar fiscal Bárbara Seghezzo- quien el martes pasado había solicitado una condena de ocho años de prisión para Quiroga.
¿Cómo era el modus operandi de estos delitos? Al alegar en el juicio, Seghezzo detalló que el condenado -que se hacía pasar por un estudiante de Derecho que vivía en Recoleta– se valió de diversos perfiles creados en redes sociales como Facebook, Tinder, Hornet, Grindr y Scruff para conectarse con hombres y pactar encuentros personales.
La fiscalía señaló que una vez que accedía a las viviendas, el hombre aprovechaba las ausencias o distracciones que tenían las víctimas para colocarles en sus bebidas una sustancia que las inducía al sueño. Con la persona con la que había pactado la cita se quedaba dormida, Quiroga aprovechaba para recorrer la casa y apoderarse de dinero y objetos de valor, añadió la fiscalía.
“Son absolutamente notorias las coincidencias y los detalles que dieron los damnificados en sus relatos: cada uno explicó las circunstancias en que conocieron al imputado y cómo se dieron los hechos”, explicó la auxiliar fiscal Seghezzo, al referirse a los dichos de dos querellantes que declararon en la primera audiencia.
De acuerdo a la investigación, Quiroga se presentaba de forma distinta pero utilizaba para ello los mismos dos nombres y dos apellidos combinados de diversas formas, alterando el orden.
Además, se lo pudo relacionar con los hechos delictivos por la descripción que daban las víctimas de su aspecto físico, ya que tiene dos tatuajes, uno en el cuello y otro en el antebrazo.
También fueron incorporadas a la causa fotografías que Quiroga le mandaba a las víctimas y las filmaciones de algunas cámaras de seguridad de los edificios, donde se ve a una persona de características similares con valijas, bolsos e incluso televisores.
El Ministerio Público Fiscal (MPF) valoró en su alegato la multiplicidad de los hechos, su gravedad, la utilización de la sustancia narcótica y el estado de indefensión que generó en las víctimas, además de la enorme cantidad de bienes sustraídos.
En dos de los casos investigados, la droga pareció no dar resultado, por lo que el hombre amenazó con un cuchillo a las víctimas y le dijo que si no le daban dinero o si gritaban iba a “llamar a los de abajo”, dando a entender que había otras personas con él.
Durante la primera jornada del juicio oral, Quiroga reconoció la autoría de los hechos por los cuales era juzgado.
El joven se encuentra detenido desde 2019, cuando fue identificado mediante el entrecruzamiento de información realizado por la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE) de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri), que tiene a su cargo el fiscal José María Campagnoli.
Con agencia Télam
LM
Fuente Clarin