Como es habitual en medio de una crisis institucional, Horacio Rodríguez Larreta convocó de urgencia y de manera virtual a su mesa chica política, jurídica y de comunicación minutos después de que el juez en lo contencioso y administrativo federal Esteban Furnari resolviera dejar sin efecto lo dispuesto el domingo por la cámara de apelaciones porteña y dar marcha atrás con las clases presenciales en la Ciudad.
En las oficinas del Gobierno porteño había indicios de que la Justicia federal podía resolver en ese sentido tras la inhibitoria pedida por el Gobierno, pero el fallo de Furnari igual provocó sorpresa e inquietud en el entorno de Rodríguez Larreta.
Entrada la noche, fuentes porteñas explicaban a este diario que el jefe de Gobierno analizaba “desoir” el fallo de Furnaro y trabar la competencia hasta que resuelva la Corte Suprema. “Es increíble, el juez se declara incompetente pero aún resuelve sobre una decisión de una cámara, es decir, de una jerarquía superior”, razonaban en la asesoría jurídica de Rodríguez Larreta. Era una de las opciones que se barajaba.
Es decir, continuar con la presencialidad en las escuelas hasta que resuelva el máximo tribunal. En la previa de la audiencia de conciliación convocada por la Corte para este miércoles por la quita de fondos de la coparticipación que la Ciudad judicializó. Y que el procurador del Tesoro, Carlos Zannini, avisó con un escrito de 34 páginas que solicitaba la “incompetencia”.
Es que el laberinto jurídico en torno a las clases presenciales que empezó en la noche del domingo, siguió con la viabilidad que dio la Corte Suprema tras la presentación de la Ciudad, y ahora con esta decisión de la Justicia contencioso federal, desconcierta hasta a los propios funcionarios porteños.
De hecho, la algarabía interna de la noche del domingo y el lunes tras el fallo de cámara que habilitó las clases presenciales, después del DNU presidencial que obligaba a volver a la virtualidad en el Área Metropolitana por dos semanas por la crisis sanitaria, quedó silenciada en estas últimas horas.
Por eso, mientras Rodríguez Larreta convocaba a sus colaboradores más cercanos, los asesores judiciales del gobierno porteño empezaban a estudiar la resolución de Furnari para analizar los pasos a seguir. No se descartaba, por caso, que el jefe de Gobierno volviera a convocar a una conferencia de prensa, mientras en algunos barrios del norte de la Ciudad empezaban a sonar algunas cacerolas.
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Fuente Clarin